Luego 21 años y medio privado de su libertad, Bertoldo Roberto “Polaco” Neumann -hoy de 46 años y condenado por los homicidios del abogado Guillermo Valdez y del sereno del IPS Alfonso Pintos Cardozo- comenzó a gozar de salidas transitorias, beneficio contemplado en el marco de período de prueba de los reclusos. La medida fue dispuesta por el Tribunal Penal Dos de Posadas e incluye la utilización de una tobillera electrónica.

De esta forma, el último sábado Neumann abandonó la cárcel de Oberá por 24 horas y retornó el domingo. De mantener la buena conducta, seguirá gozando del beneficio hasta que se de por cumplida la pena, en junio de 2028, cuando obtendría la libertad condicional. Por la brutalidad y trascendencia de sus crímenes, Neumann es uno de los personajes más icónicos de la crónica policial de la provincia de Misiones.

En tanto, su nombre tiene diferente connotación según el ámbito en que se hable de él. En la cárcel es considerado un “preso modelo”, estudioso y de buena conducta. Afuera se lo conoce como un temible asesino condenado por dos homicidios.

En esa paradoja transitó el pedido de su defensa para conseguir las salidas transitorias, que según la normativa vigente ya le correspondía a partir de mediados de 2023.

De todas formas, por las características del implicado se extremaron los recaudos mediante pericias psicológicas y controles, como ser la tobillera electrónica para monitorear su paradero mientras se encuentra fuera de la cárcel.

Cabe mencionar que por el homicidio de Valdez también fueron condenados la escribana Adriana María Inés García -ex esposa de la víctima- y Jorge Alberto “Mosquito” Ramírez, quienes ya gozan de la libertad condicional desde 2023. Si bien todos fueron condenados a prisión perpetua, como el hecho se registró antes de la reforma del 2004 que elevó la pena a 35 años de cumplimiento efectivo, el trío recibió 25 años de prisión con posibilidad de condicional al cumplir 20 años.

Respecto a Neumann, durante los primeros años de condena estuvo alojado en la Unidad Penal VI de Posadas; más tarde fue trasladado a Eldorado, tuvo un breve paso por Loreto y luego recaló en la cárcel de Oberá, donde permanece.

Fuentes de la unidad penal reconocieron que “es un preso de excelente conducta” y “cursó estudios a distancia (mecánica dental y abogacía), un aspecto muy valorado en el tratamiento carcelario”.