De gira por los Estados Unidos, el grupo chamamecero Los Alonsitos se presentó este viernes 30 de mayo en la Embajada Argentina en Washington D.C., donde ofrecieron un emotivo concierto ante autoridades diplomáticas y trabajadores del servicio exterior.

En comunicación exclusiva con Eldópolis Radio 106.3, Marcelo Roselli, integrante de Los Alonsitos comentó que junto a sus compañeros Ariel Báez y Marco Roselli, en la Embajada compartieron un repertorio representativo de la música litoraleña, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

“Lo lindo que nos pasó fue haber podido llegar con el chamamé a la Embajada Argentina y poder tocar para nuestro embajador, para la gente que trabaja ahí, y la que viene desde diferentes partes de nuestro país. La verdad que fue muy, muy emotivo porque vimos algunas lagrimitas entre la gente que escuchaba. Había solamente un correntino, había gente de muchos lugares, pero seguramente les llevamos ayer un poquito de la tierra, un poquito de su familia, un poquito de lo que ellos dejaron para para venir a hacer patria acá”, comentó Roselli.

Seguidamente, el músico expresó: “Y poder comprobar y mostrar a todos que es un género que no conoce fronteras el chamamé, es un género que abre puertas, que cuando se escucha un acordeón, cuando se abre un fuelle, la gente la primera reacción es de alegría y vos ves como lo disfrutan”.

En cuanto a la agenda de presentaciones en Estados Unidos, Roselli dijo que tenían prevista una actuación anoche, viernes 30 de mayo, que es “la previa de lo que va a ser hoy el festival más grande al que venimos, que se llama Argentina USA, donde durante todo un día, los argentinos que viven acá, van y escuchan folclore, chamamé, tango, cuarteto y además, afuera del predio pueden comer asado a la estaca, empanadas, tamales y sentirse como que están en la Argentina. Ya se volvió una fiesta latinoamericana, porque no solamente argentinos asisten, el año pasado nuestra experiencia fue tocar para ecuatorianos, colombianos, salvadoreños, bolivianos, de todos lados, inclusive americanos".

Sobre los 40 años de Los Alonsitos

Teniendo en cuenta que este año el grupo chamamecero celebra sus 40 años con la música, Roselli espresó: “estamos armando cosas y pensando en lo que va a ser la celebración de 40 años de Los Alonsitos en el teatro Vera cuando volvamos en julio, en La Peña. La verdad que es un año de mucha celebración y para nosotros subir a un escenario ya es estar celebrándolo” acá, en Estados Unidos “contando con la gente y cada vez que subamos les vamos a contar, para los que no nos conocen acá en estos lugares, que estamos hace 40 años y que tocamos desde los 8 o 9 años, somos amigos de esa época y que amamos lo que hacemos y bueno nos sentimos embajadores de este género, el Chamamé”.

"Nosotros lo hacemos todo con mucho amor. Ayer se dio algo muy particular y muy lindo. El embajador no iba a quedarse todo el tiempo porque tiene 1500 cosas que hacer, y bueno nos recibió, nos presentó y estábamos tocando y cuando viene el momento del estribillo de la canción pide un sapucay, se me mete en el escenario, estábamos ahí en un salón oval que tiene la Embajada y agarra el micrófono y dice 'yo quiero destacar, (porque se ve que nuestro manager le contó que cumplimos 40 años) yo quiero que ustedes los trabajadores de la embajada sepan que los chicos están juntos de los ocho o nueve años, llevan 40 años juntos y son un ejemplo de la amistad y de la familia, esos valores tan importantes, es un ejemplo a seguir’. El tipo cortó el show para decirle a los empleados de la embajada el valor que el tipo le da a la amistad y a la familia, entonces la verdad que fue muy lindo ese momento”, expresó Roselli.

Finalmente, el músico resaltó: “siempre lo digo en el Festival del Chamamé, nosotros tenemos que abrir nuestras, las puertas tienen que estar abiertas y nuestro corazón tiene que estar abierto, si nosotros sabemos bien cuál es nuestro chamamé y cuál es nuestro sentimiento, tenemos que estar seguros de lo que nos gusta y de lo que somos, entonces porque venga otra gente a cantar lo suyo a nuestra fiesta, no tenemos que sentir una invasión ni nada, al contrario, nosotros, el correntino es de tender la mano, es de abrir su puerta y su mesa y convidar lo suyo, así debemos ser”.