Una anciana se subió a un autobús y tomó su asiento. En la siguiente parada, una joven mujer, fuerte y gruñona subió y se sentó bruscamente junto a la anciana, golpeándola con sus numerosas bolsas.
¿Al ver que la anciana se mantenía en silencio la joven le preguntó por qué no se había quejado cuando la golpeó con sus bolsas?
La anciana respondió con una sonrisa:
No es necesario ser mal educada o discutir sobre algo tan insignificante, ya que mi viaje a tu lado es tan corto porque me bajaré en la próxima parada.
Esta respuesta merece ser escrita en letras de oro:
«No es necesario discutir sobre algo tan insignificante, porque nuestro viaje juntas es muy corto.»
Cada uno de nosotros debe comprender que nuestro tiempo en este mundo es tan corto, que oscurecerlo con peleas, argumentos inútiles, celos, no perdonar a los demás, el descontento y una actitud de averiguación constante es una ridícula pérdida de tiempo y energía.
¿Alguien rompió tu corazón? Tranquilízate, el viaje es muy corto.
¿Alguien te traicionó, intimidó, engañó o humilló? Tranquilízate, perdona. El viaje es muy corto.
¿Alguien te insultó sin razón? Tranquilízate, ignora. El viaje es muy corto.
¿Algún vecino hizo un comentario en el chat que no fue de tu agrado? Tranquilízate, ignóralo, perdónalo. El viaje es muy corto.
Cualesquiera que sean los problemas que alguien nos traiga, recordemos que nuestro viaje juntos es muy corto.
Nadie sabe la duración de este viaje.
Nadie sabe cuándo llegará su parada. Nuestro viaje juntos es muy corto. (Anónimo)
Nuestros días sobre la tierra son como la hierba; igual que las flores silvestres, florecemos y morimos. El viento sopla, y desaparecemos como si nunca hubiéramos estado aquí. Pero el amor del Señor permanece para siempre con los que le temen. Salmos 103: 15-17
Contáctanos: 03751-475333