Juan Manzur deja la jefatura de Gabinete, aunque prometió acompañar al Presidente
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Juan Manzur deja la jefatura de Gabinete, aunque prometió acompañar al Presidente

Juan Manzur terminó de deshojar la margarita. El gobernador en uso de licencia de Tucumán renunciará en los próximos días a la jefatura de Gabinete de la Nación. No será un pedido de licencia, como se ilusionaban en la Casa Rosada hasta la semana pasada.

En exactamente 7 días comenzará formalmente la campaña en Tucumán y tres meses después Manzur irá a las urnas para volver a ser vicegobernador de su provincia, cargo que ya ocupó entre 2008 y 2015 antes de convertirse en el jefe indiscutido del peronismo tucumano. Noventa días es precisamente el plazo legal habilitado para hacer proselitismo.

«El jefe de campaña de (Osvaldo) Jaldo gobernador soy yo. No tengan duda, una vez más los voy a llevar al triunfo», bramó Manzur en Tafi Viejo, durante la inauguración de la Estación Transformadora Los Nogales que compartió con Alberto Fernández.

El Presidente avaló la decisión de su futuro ex funcionario. «Vamos a devolver a Juan (Manzur) a los tucumanos para que trabaje y lleve al triunfo al peronismo», consignó el mandatario.

La posibilidad de que Manzur reviera su decisión no se habló en las reuniones que compartieron Fernández, Manzur, Jaldo, intendentes del peronismo tucumano y el senador Pablo Yedlin, entre otros.

Para el jefe de Gabinete resultaba incompatible su rol como ministro coordinador y ponerse al frente de una campaña provincial. Sus colaboradores, días atrás, esgrimían argumentos técnicos sobre la viabilidad de una licencia, pero reconocían que las razones de fondo serían políticas.

El tucumano se va porque piensa esa elección -y en una hipotética y contundente victoria- como un primer escalón en la carrera presidencial en la que no tiene casi nada que perder. La banca de senador de Yedlin quedará libre si asume como primer legislador provincial y Manzur es el suplente en la Cámara Alta. Sus incursiones en el Gran Buenos Aires se multiplicaron en las últimas semanas.

Durante el acto en Tucumán, Manzur y Jaldo apoyaron a Fernández, que no abandona sus planes de reelección. «Lo que vos decidas, el peronismo tucumano te va a seguir», señaló el ministro coordinador.

En el entorno del jefe del peronismo tucumano señalaron que Manzur podría convertirse en un eventual compañero de fórmula del Presidente y dieron por cerrado el dilema de si sería una licencia o una renuncia. «Para nosotros fue claro», dijeron.

La relación entre Manzur y Cristina Kirchner ha sido sinuosa. «El de Cristina es un ciclo terminado», declaró a este diario Manzur en 2016. La dinámica del peronismo volvió a acercarlo a la vicepresidenta que pidió por su llegada a la jefatura de Gabinete. Había sido también el ministro de Salud de la ex mandataria y, a diferencia de otros funcionarios, no sufrió tropiezos en la Justicia por el Plan Qunita.

El Presidente pretendía retener a Manzur en su cargo -con un pedido de licencia- para no tener que volver a discutir con el cristinismo por un puesto clave en el Gobierno. Ahora deberá decidir quién es el eventual reemplazante del tucumano en el mismo momento en el que el kirchnerismo reclama discutir el rumbo del Gobierno en la mesa electoral -que se inaugurará el jueves 16 de febrero- a la que convocó el mandatario. Fernández ahora irá a sentarse a esa mesa con el aparente respaldo del tucumano.

El empoderado vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, correría con ventaja para ascender en el organigrama del Gobierno. Desde que dejó fue promovido, luego de desempeñarse como jefe de asesores del Presidente, se hizo cargo de la gestión mientras Manzur se dedicó a hacer lo que más le gusta: política.

El principal capital de Olmos es que tiene diálogo fluido con los principales socios del Presidente, ya sea de La Cámpora, o con Sergio Massa. En el ministerio de Economía, en el área de Producción, logró colocar a dirigentes de su espacio. “Es un pulpo”, le reconoce un funcionario que es precisamente un admirador del también apoderado del PJ.

Cuando a principios de 2022, desde el mismo Gobierno hicieron trascender que Manzur podría dar un paso al costado, luego de que Fernández lo corriera de la toma de decisiones por su indisimulada ambición presidencial, también deslizaron que su antecesor en el cargo, Santiago Cafiero, podría reemplazarlo.

Nombrar en ese cargo estratégico al actual canciller sería una provocación mucho más potente que las recientes declaraciones del Presidente contra Wado de Pedro. El primero que lo sabe es Cafiero, que en privado desestima esa opción y que -por su cercanía con Fernández- recibe mucho más fuego amigo que el que jamás disparó sobre sus socios.

La Cámpora y Cristina Kirchner presionaron primero, para que Cafiero -el alter ego del mandatario- fuera candidato en las legislativas de 2021. Fernández lo retuvo, pero terminó por ceder después de las renuncias masivas al Gabinete posteriores a las PASO de 2021 que encabezó de Pedro por instrucción de CFK.

Antes de hacerse cargo de la AFI, Agustín Rossi también había sonado como eventual sucesor de Manzur. En el entorno del jefe de Inteligencia no se dan por enterados de una salida acelerada de Manzur.

El ex jefe de Diputados del kirchnerismo se convirtió en una fuente de consulta permanente del Presidente en el intento por reivindicar su rol como fundador del “primer kirchnerismo”, que este año cumple 2 décadas. Cerca del jefe de la AFI insisten en que «está cómodo en su cargo».