“Al dengue lo combatimos entre todos”, “Quedate en tu casa”, son algunas de las frases más recurrentes en estos días de emergencia sanitaria. Es verdad, estos enunciados tienen mucho de cierto, con la limpieza adecuada de nuestros hogares podemos disminuir la proliferación del mosquito transmisor del Dengue, si nos quedamos en nuestras casas y tomamos las medidas sanitarias correspondientes, evitamos que el Coronavirus pueda propagarse.
No te dije nada nuevo, ¿Cierto? Parece algo tonto repetirlo mil veces ¿No?
Hace unas horas se hizo conocido el caso de un trabajador, llamémosle “Jonhy”, que ingresó de manera furtiva a la ciudad, luego de realizar un tour por varios puntos del país donde el virus hizo de las suyas. “Jonhy” (llamémosle “Jonhy”), no sólo ingresó sin dar aviso a las autoridades locales y sanitarias, también socializó con varias personas que al parecer extrañaba mucho o quería poco, a juzgar por la imprudencia de sus actos.
Pero antes de preparar la hoguera para recordemos que, “Jonhy”, ingresó a escondidas a la ciudad, se dirigió a su casa, interactuó con su familia, que TAMPOCO AVISARON A LAS AUTORIDADES SOBRE EL CASO, visitó a otras personas, algunos dicen que fue hasta al hospital, recorrió un poco la ciudad. Su familia sabía todo el recorrido que hizo, conocía las condiciones de su retorno y dudo que ignoren lo peligroso que puede resultar todo esto. Pero paren, bajen las antorchas, tampoco queremos crucificar a la familia.
Como bien se dijo, ojalá que esto quede sólo en anécdota y esperemos que “Jonhy” no haya traído ningún Covid-19 como souvenir en su organismo. Ojalá, roguemos todos, crucemos los dedos, prendamos una vela, un sahumerio y recemos a la entidad divina a la que confiemos, que el test de “Jonhy”, arroje un resultado negativo, manteniendo las plaquitas del Ministerio con el número 5 fijo y el número de recuperados hacienda a ese número.
Pero lo que sí podemos certificar, es que “Jonhy”, es portador de un virus que se reproduce hasta de manera virtual y que en la ciudad hay muchos casos, que es el virus de la irresponsabilidad. Muchos la portan, aunque tal vez no carguen con el potencial riesgo que si trae el protagonista de nuestra historia. Muchos, no todos, buscan la vuelta para burlar al sistema y salir a hacer lo que nos piden que no hagamos, como visitar a un familiar, tomar mate con un amigo, vigilar cuando no hay control y realizar actividades que de momento no deberíamos hacerlas.
En las generalidades están las excepciones, como ser el caso de Selva Bareiro y Gustavo Ledesma que ingresaron al país y cumplieron con las normativas sanitarias establecidas. Ellos pasaron efectivamente las test y arrojaron un resultado negativo al estudio, sin embargo continúan acatando las normativas de aislamientos, ahora en sus hogares.
Entonces ¿Por qué nos cuesta tanto acatar una simple directiva como lo es cumplir con una consigna básica, que no demanda una preparación exclusiva, como es la de quedarte en tu casa? Aunque todos nos apropiemos de la bandera de la moral y las buenas prácticas, mucho aún nos falta. Seguimos con la cultura de la avivada, del que no hace trampa es un gil, como dice el tango de Enrique Discépolo “¡Dale nomás, dale que va!”.
Aunque parezca una exageración, tu escapada a lo de tu novia, a visitar a tu abuela o tomar un tere en el aeroclub, cuando nadie te vigila, en estos días termina siendo igualmente perjudicial. ¿Te molesta el encierro? Seguí boludeando, que nos van a prohibir salir por mucho tiempo más. O lo que es peor, te tendrán que conectar a un respirador… si es que alcanzás a ligar uno. Y sí, la culpa no será únicamente de “Johny”, por muy graves que hayan sido sus imprudencias.