David conocía a Dios en la intimidad, se encontraba con Él cada noche en el campo mientras pastoreaba a las ovejas de su padre.
Sin la distracción de los celulares, y las pantallas de hoy en día, él podía enfocarse en cantarle a Dios, en estar agradecido a lo que Dios hacia con su vida, con su familia, con su trabajo.
Entonces esa intimidad, le era útil para ver la diferencia entre las voces que nos pueden bendecir y cuales nos pueden hacer daño, entre las que nos acercan a Dios y las voces que nos alejan de Él.
1- Voz del padre: SOS MENOS QUE LOS DEMÁS
Tres hermanos de David estaban en la batalla, pero era él quien un capítulo antes había sido ungido como rey de Israel, y seguía cuidando las ovejas, y no en la guerra donde deben estar los reyes. Ya había sido considerado menos que sus hermanos cuando el profeta vino a su casa buscando al nuevo rey e Isaí presentó a todos sus hermanos menos a él, a quien llamaron después por la insistencia de Samuel.
Y dijo Isaí a David su hijo: Toma ahora para tus hermanos un efa de este grano tostado, y estos diez panes, y llévalo pronto al campamento a tus hermanos.
2- Voz de los hermanos: TUS INTENCIONES NO SON BUENAS:
Los hermanos mayores parece que estaban celosos de que el menor sea el próximo rey de Israel, y lo acusaban de ser un orgulloso y engañoso, que solo quería ver lo que pasaba en la batalla.
Es llamativo, que según la misma Biblia, el corazón de David era conforme al corazón de Dios, y para su hermano sin embargo estaba lleno de malicia y soberbia. Solo Dios puede ver lo que realmente hay en tú corazón.
Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en ira contra David y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido.
3 Voz de Saúl NO ESTÁS CAPACITADO:
Saúl, no parece reconocer al joven músico que trabaja en el palacio, y le dice que no va a poder, mucha gente va a menospreciarte porque va a creer que no tenés ni la capacidad ni la inteligencia ni la fortaleza para hacer lo que Dios quiere que hagas para Él.
Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud.
4 voz de Goliat: TE VAN A INSULTAR
Van a tratar de herirte con sus palabras, voces que no pudieron detenerte antes de la batalla, lo intentaran una vez más, pero tenemos que entender como hizo David que no es nuestra batalla, somos solo un instrumento en las manos del Dios de Israel y que todo lo que hacemos sea para su Gloria y para que Todos Conozcan que Hay un Dios en Israel.
Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses. 44 Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo.
5 voz del pueblo EL ORGULLO
la gente empezó a Alabar a David por sus victorias, pero David seguía sirviendo a Saúl como lo había hecho antes, seguía tocando su música junto al rey aunque este trato de matarlo 2 veces, con una lanza.
Las alabanzas son probablemente las voces más peligrosas a las que debemos enfrentarnos si queremos seguir escuchando la voz de Dios.
Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían: Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles.
Por eso Pablo aconsejaba a los cristianos de Roma de la siguiente manera
Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado.
Y sin lugar a dudas, saber escuchar, las voces correctas y callar las otras que taladraban la cabeza de David, fue el secreto para vivir enfocado en lo que Dios quería de él.
Y David se conducía prudentemente en todos sus asuntos, y Dios estaba con él
Debemos prestar nuestros oídos a escuchar principalmente la voz de Nuestro Dios, y dejar de lado las voces que nos quieren herir, y si esas voces llegan a herirnos acercarnos a nuestro Papá del cielo que nos habla en un suave viento, con una voz llena de amor susurrando a nuestros oídos
Así que no temas, porque yo estoy contigo;
no te angusties, porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré y te ayudaré;
te sostendré con mi diestra victoriosa. Isaias 40.31