Los mejores líderes saben que el éxito consiste, en gran medida, en resistir cuando los vientos soplan en contra y por eso, dedican su mayor esfuerzo a estar más preparados para lidiar con el fracaso que con el triunfo.
Saben que por cada éxito alcanzado puede haber varios intentos fallidos a los que deben sobreponerse. Y no se desmoralizan por eso. Por el contrario,
ven las dificultades como un camino de aprendizaje necesario para alcanzar la excelencia.
Hay que desarrollar la actitud correcta, explorar más acerca de nuestras fortalezas, y descubrir cuáles son las fuentes de motivación que funcionarán como combustible para ganarle al desánimo.
Una propuesta es emprender cada nuevo día con una frase simple pero poderosa: «Puedo hacerlo» . Esta afirmación positiva nos ayudará a alimentar nuestra confianza y a creer en nuestras potencialidades sin importar las dificultades que debamos vencer.
Así como Roma no se construyó en un solo día, un verdadero líder tampoco se forma solo con un puñado de logros. Por
esa razón, la ventaja del ganador no radica en haber nacido con dotes especiales o tener un alto coeficiente intelectual sino que consiste en sus deseos de alcanzar todo su potencial.
«Las personas con frecuencia se preguntan qué pueden hacer para que su negocio crezca o de qué manera pueden mejorar su familia. La respuesta es que crezcan personalmente. El mejor modo para que una empresa ó una familia crezca, es que sus líderes lo hagan también».
Esta exhortación es también una promesa. Una incitación a no darnos por vencidos ante las adversidades a las que cotidianamente debemos enfrentarnos para alcanzar nuestras metas. Y una promesa, porque nos asegura que la recompensa por ser tenaces y persistentes será siempre el triunfo. Esta buena noticia es coincidente con la voluntad divina. Dios nos dejó la promesa, marcándonos esta misma actitud, pero con un ingrediente infalible «Cristo», asegurándonos: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» Filipenses 4:13 – Es decir que no importa la situación que estés atravesando, no importa el desánimo que enfrentes, «Tu Puedes Hacerlo» y puedes pasar las dificultades de la vida porque «Dios te da las fuerzas».
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