
La siesta ideal: cuánto debe durar y cuál es el mejor horario
Conoce además cuales son sus riesgos y beneficios
Redacción Eldopolis
Cada 11 de marzo se celebra el Día Mundial de la Siesta, una práctica que, según los expertos, puede traer importantes beneficios si se realiza de manera adecuada. Un descanso breve durante el día ayuda a reducir el estrés, mejorar la concentración y potenciar el rendimiento cognitivo. Sin embargo, si se extiende demasiado, puede afectar el sueño nocturno.
Beneficios de la siesta
Desde la antigüedad, la siesta ha sido vista como una estrategia para recuperar energía en la mitad del día. Estudios destacan que puede mejorar la memoria, la atención y la capacidad de realizar tareas complejas. Además, está vinculada con la salud cardiovascular, ya que dormir siesta una o dos veces por semana podría reducir el riesgo de infartos o derrames cerebrales. También fortalece el sistema inmunológico y es una herramienta clave para quienes trabajan en turnos rotativos.
La duración ideal
La clave para aprovechar los beneficios de la siesta está en su duración:
- Siesta corta (15-30 minutos): aumenta la alerta y mejora el estado de ánimo sin afectar el sueño nocturno.
- Siesta larga (90 minutos): permite completar un ciclo de sueño y favorece la consolidación de la memoria.
- Siesta intermedia (40-60 minutos): puede inducir sueño profundo y causar sensación de aturdimiento al despertar.
Investigaciones de la NASA y la Junta de Seguridad en el Transporte de EE.UU. concluyeron que una siesta de 26 minutos puede mejorar el rendimiento en un 34% y el estado de alerta en un 54%.
El mejor momento para dormir la siesta
Los especialistas recomiendan tomar la siesta entre las 13 y las 15 horas, para evitar interferencias con el sueño nocturno. Este horario coincide con la baja natural de energía que ocurre tras el almuerzo.
Para una siesta efectiva, se sugiere:
- Dormir en un lugar oscuro y tranquilo.
- Mantener una temperatura agradable.
- Usar tapones para los oídos o un antifaz en entornos ruidosos.
Posibles riesgos
A pesar de sus beneficios, siestas prolongadas pueden estar asociadas con problemas de salud. Estudios han vinculado siestas de más de 90 minutos con hipertensión arterial y un mayor riesgo de diabetes tipo 2. Además, la necesidad constante de siestas podría ser un indicio de un trastorno del sueño.
Equilibrio y bienestar
La siesta puede ser una aliada para la salud y el rendimiento diario si se practica correctamente. La clave está en equilibrar su duración y horario, evitando que sustituya un sueño nocturno de calidad. Dormir bien por la noche y utilizar la siesta como un complemento estratégico es la mejor forma de aprovechar sus beneficios sin efectos negativos.
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11 de marzo de 2025
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