El presidente Alberto Fernández, a tan solo dos semanas de finalizar su mandato, volvió a pedir perdón por la fiesta que se llevó a cabo en Olivos, defendió su gobierno (2019-2023), resaltó los problemas que generó la pandemia, se refirió a las relaciones exteriores que orquesta el futuro presidente Javier Milei y criticó la posibilidad de que Daniel Scioli siga al frente de la embajada argentina en Brasil.
«Ese día deben haber entrado a Olivos, no menos de 70 personas. La Quinta de Olivos era la Casa Rosada y la Argentina estaba en pandemia, pero tenía que seguir siendo gobernada. Hice reuniones con un montón de gente que vino, planteó problemas y con gente con la que estabamos trabajando. Cuando llegué a la noche, Fabiola me dijo que algunas de las personas que estaban trabajando con ella, que eran empleados del Gobierno, iban a hacer un brindis. Yo le dije que después pasaba y la verdad nunca reparé en que eso no se podía hacer, me equivoqué y le pido perdón a la gente», explicó el presidente en ejercicio.
En ese sentido, el mandatario dijo que fue «el contexto» de encontrarse continuamente con muchas personas, que la fiesta de Olivos no debía ocurrir. Sin embargo, añadió que ante ese evento, lejos de excusarse, se presentó ante la Justicia: «Es un delito que tiene una pena máxima de 2 años, o sea que prescribe en ese período. La historia cuenta que cuando un presidente enfrenta una pena así empiezan a poner chicanas procesales. Pero, yo no hice eso. Me presenté, dije qué fue lo que pasó, asumí mi responsabilidad», resaltó.
Recordó que pagó un cánon para «reparar el daño» tal como lo contempla el código procesal. En ese sentido, aseguró que hizo planteos, en los que creyó que tenía razón, pero que la Justicia lo rechazó y «ni siquiera apelé, para que no hubiera una demora en el tema». «Era mi responsabilidad, tenía que asumirla y la asumí», reflexionó.
Alberto Fernández: «Todos los que gobernamos en pandemia, perdimos las elecciones»
Al ser consultado si la pandemia fue desmedida, Fernández defendió su postura y dijo que sería «contrafáctico» plantearlo ahora de esa manera. A su vez, se refirió a la situación sanitaria de Argentina cuando tomó el mando y recordó que tuvo que reacondicionar la situación sanitaria.
«Todos los que gobernamos en pandemia, perdimos las elecciones. Durante la pandemia se murieron 15 millones de personas, más de la mitad de los que se murieron en la segunda Guerra Mundial. Eso debe haber dejado un desánimo muy grande en la gente. Y se busca un culpable, el culpable es el que lo gobernaba», manifestó.
Se definió como un «demócrata» y aseguró que entregará la banda presidencial a Javier Milei y destacó que merece sus respetos, porque es un presidente electo mediante el voto popular.
Se refirió también a las relaciones exteriores y contó que le pidió que «repiense» la lógica internacional que estaba planteando que por una postura ideológica dejaría de comerciar con diferentes países, ya que es necesario integrarse y no romper relaciones con los diferentes países.
Sobre la posibilidad de que Daniel Scioli siga al frente de la embajada argentina en Brasil, fue tajante, y apuntó: «No entiendo cómo se puede representar al gobierno de Alberto Fernández y al de Milei del mismo modo. No me vengan con que eso es representar a la Argentina porque es falso, son dos modelos de país distintos».
Fernández fue muy contundente sobre la situación de Daniel Scioli o cualquier otro de los funcionarios de su Gobierno que puedan continuar en gestión con Milei.
En referencia al presidente electo, afirmó que se parece a Carlos Menem, más que nada en el aspecto de recortar el gasto público, desactivando la obra pública y sorteando empresas del Estado. En tanto, se refirió a las Leliqs, que son un instrumento del BCRA y señaló que durante su Gobierno crecieron, porque el país creció y con él, los depósitos en los bancos.