Dormir bien es crucial para la salud, y la alimentación juega un papel clave en la calidad del sueño. La doctora Cheri Mah, del Centro de Medicina del Sueño de Stanford, identifica cinco alimentos que deben evitarse en la cena para mejorar el descanso nocturno:
1. Alcohol: Interfiere con los patrones de sueño, causando despertares frecuentes durante la noche.
2. Cafeína: Estimula el sistema nervioso, dificultando el conciliar el sueño.
3. Alimentos fritos: Pueden causar malestar estomacal y afectar la calidad del sueño.
4. Carbohidratos azucarados: Aumentan los niveles de azúcar en sangre, lo que puede interrumpir el sueño.
5. Alimentos a base de tomate: Pueden provocar reflujo ácido, dificultando un sueño reparador.
La doctora Mah destaca que la elección de alimentos afecta tanto el sueño como la respuesta del intestino, lo que impacta en el bienestar general. Además, sugiere establecer una rutina relajante antes de dormir, como hacer estiramientos y escribir en un diario, para preparar el cuerpo para un buen descanso.
Dormir al menos siete horas por noche no solo mejora la apariencia y el bienestar, sino que también potencia la creatividad y reduce el estrés.