La Dirección de Epidemiología de Córdoba confirmó los dos primeros casos de dengue autóctono de la temporada 2024-2025 en esa provincia. Los casos fueron detectados en dos estudiantes de 22 y 24 años en la capital provincial, quienes no tienen antecedentes de viajes recientes a otras regiones del país o al extranjero, según informó el Ministerio de Salud.
Ambos pacientes fueron atendidos en diferentes instituciones de la ciudad y los diagnósticos fueron confirmados por el Laboratorio Central. Una de las personas afectadas está recibiendo tratamiento ambulatorio y permanece en su domicilio bajo seguimiento médico, mientras que la otra fue observada durante 24 horas en una institución privada antes de recibir el alta médica, detalló el ministerio.
La aparición de estos casos autóctonos indica la existencia de transmisión local del virus, lo que aumenta la posibilidad de brotes en la provincia, especialmente en presencia del mosquito Aedes aegypti, vector del dengue. Las autoridades sanitarias subrayaron la importancia de reforzar las medidas de prevención durante esta época de calor y lluvias.
El Departamento de Zoonosis de la Secretaría de Medicina Preventiva y Vinculación Territorial ya está implementando acciones de control para detectar y eliminar criaderos de mosquitos en la zona afectada, identificar nuevos casos y difundir medidas preventivas entre la comunidad.
El dengue es una enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes aegypti, que se caracteriza por su aspecto de color negro o marrón, con rayas blancas distribuidas por el cuerpo y las patas. Cuando es portador del virus y pica a una persona, la enfermedad se manifiesta con síntomas que varían desde fiebre alta hasta dolores musculares y vómitos.
Existen cuatro serotipos distintos del virus (DENV-1, DENV-2, DENV-3, DENV-4), y la infección por uno de ellos no brinda inmunidad completa contra los otros. En ciertos casos, puede progresar a dengue grave, que se manifiesta con sangrado, baja en la presión arterial y posibles fallos orgánicos, lo que requiere atención médica urgente.
En la Argentina, el dengue presentó brotes significativos. La última epidemia, que ocurrió entre los años 2023 y 2024, se posicionó como un récord de contagios, ya que “en términos acumulados desde comienzos del año (hasta el 10 de agosto) se registraron 564.144 casos de dengue (incluyendo confirmados por laboratorio y considerados casos por nexo epidemiológico). La incidencia acumulada hasta el momento es de 1199 casos cada 100.000 habitantes”, detallaron en el último Boletín Epidemiológico, referido a la pasada temporada, emitido por el Ministerio de Salud.
El Día Internacional contra el Dengue, que se celebra cada 26 de agosto, la importancia de aumentar la conciencia y promover la prevención y el control de la enfermedad.
La primera etapa, según datos de la Organización Panamericana de la Salud, es la denominada “febril”. Como su nombre lo indica, está caracterizada por un cuadro de fiebre alta, acompañada por otros síntomas, que inicia de manera repentina y puede extenderse hasta una semana. En este período de tiempo, aparecen los signos de alerta sobre el posible progreso hacia un dengue grave.
La fase crítica, que comprende entre el día 3 hasta el 5, comienza con la desaparición de la fiebre y pueden observarse mejoras en el paciente. Sin embargo, también es el momento en el que se puede experimentar una caída repentina de la presión arterial, sangrado y fugas de plasma, lo que lleva al dengue hemorrágico debido a que “puede aumentar la permeabilidad capilar paralelamente con los niveles del hematocrito”, según comentaron los expertos del organismo. La vigilancia médica intensiva es crucial para prevenir complicaciones.
Por último, se encuentra la fase de recuperación luego del séptimo día de la enfermedad, en la cual la mayoría de los pacientes comienza a recomponerse. Esta etapa puede durar entre 2 y 3 días, y los síntomas suelen disminuir, aunque es importante el seguimiento profesional. La recuperación completa puede implicar rehidratación y descanso adecuado.
Al ser una infección viral, no se puede atacar al agente infeccioso con antibióticos. Por ende, los tratamientos disponibles se enfocan en la mitigación de los síntomas molestos y la estabilización de pacientes que lo requieran, debido a un posible sangrado o deshidratación.