Del 1 al 7 de mayo, Argentina rinde homenaje a uno de sus postres más queridos: el alfajor. Esta semana llena de sabor y tradición se celebra desde el año 2017, por iniciativa de un grupo de kiosqueros que buscaban exaltar a este manjar que forma parte de la identidad nacional.
El origen del alfajor
Los orígenes del alfajor se remontan a la época de la presencia árabe en España, donde se elaboraba un dulce llamado «alajú», compuesto por una masa de miel y frutos secos envuelta en una oblea. Con la colonización española, esta receta llegó a América, donde se fusionó con los ingredientes locales, dando nacimiento al alfajor que conocemos y amamos hoy en día.
La incorporación del dulce de leche, un producto típicamente argentino, fue un punto de inflexión en la historia del alfajor. Este ingrediente único le otorgó al postre un sabor distintivo e irresistible que lo diferencia de otras variedades del mundo.
El alfajor trascendió su condición de simple postre para convertirse en un verdadero símbolo de la cultura argentina. Su presencia es constante en los hogares, kioscos, confiterías y hasta en las mesas de los eventos más importantes. Es un elemento que une a las personas y evoca recuerdos de infancia, momentos familiares y alegres reuniones.
Según la Asociación de Distribuidores de Golosinas, Galletitas y Afines (ADGYA), el alfajor de oblea con dulce de leche sigue siendo el favorito de los argentinos, seguido por el de tapa de hojaldre y el de baño de chocolate.