El 5 de octubre se celebra en Argentina el Día del Camino y la Educación Vial, una fecha que invita a reflexionar sobre el rol de las infraestructuras viales y el comportamiento de los usuarios de la vía pública para garantizar la seguridad y la movilidad de las personas.
El origen de esta conmemoración se remonta al año 1925, cuando se realizó en Buenos Aires el primer Congreso Panamericano de Carreteras, un evento que impulsó el desarrollo de las rutas en el país y fue símbolo de la integración entre los pueblos. En ese encuentro, se establecieron políticas viales y aduaneras, tareas de mantenimiento de rutas y una comisión permanente para la redacción de reglas uniformes sobre circulación de tránsito. Los congresistas consensuaron declarar el 5 de octubre como Día del Camino, una fecha en la cual se promueve la realización de jornadas de educación vial para concientizar sobre el uso del espacio público, las vías de circulación y el respeto por las normas de convivencia vial.
La fecha también coincide con la creación de la Dirección Nacional de Vialidad en 1932, el organismo encargado de planificar, construir y conservar el patrimonio vial nacional.
La educación vial es un elemento clave para generar un cambio en la cultura del tránsito, que implica no solo conocer las normas sino también respetarlas y cumplirlas. La educación vial también implica desarrollar actitudes solidarias, responsables y éticas frente a las situaciones que se presentan en la vía pública. La educación vial es una herramienta para mejorar la calidad de vida de todos.
El Día del Camino y la Educación Vial es una oportunidad para valorar el rol de las carreteras como factor de desarrollo económico, social y cultural, así como para asumir un compromiso con la prevención y la reducción de los siniestros viales, que cada año causan miles de muertes y heridos en el país.