El 25 de abril se celebra el Día del ADN. En esta fecha se conmemora el descubrimiento, por parte de Watson y Crick en el año 1953, de la característica estructura de doble hélice. Además, esta jornada permite recordar que el 14 de abril del año 2003 culminó el “Proyecto Genoma Humano”. Ambos descubrimientos supusieron una verdadera revolución y un punto de inflexión en la investigación de las bases moleculares de la herencia genética.
Estas dos efemérides son celebradas a nivel mundial con un gran número de eventos en el que las instituciones científicas públicas y privadas abren sus puertas para difundir al gran público esta molécula y sus implicaciones en nuestra vida diaria.
Cuáles son las cuatro curiosidades sobre el ADN
1. ¿En qué consiste?
El ADN contiene la información genética de la mayor parte de los organismos y está compuesto por unas unidades llamadas nucleótidos, concretamente cuatro: Adenina (A), Guanina (G), Citosina (C) y Timina (T). Estas 4 letras se alternan entre sí formando largas secuencias de ADN como si de un collar de perlas se tratara.
Esta combinación no se produce al azar sino de una forma precisa ya que los seres vivos han codificado en estas 4 letras las instrucciones (genes) para sintetizar todas sus proteínas, las moléculas encargadas de controlar y ejecutar todos los procesos que tienen lugar en nuestro organismo.
Esta información es altamente valiosa y los seres vivos la “miman” y preservan almacenándola en el núcleo de nuestras células. El ADN no sale en ningún momento del núcleo y sólo se envían copias (ARN mensajero) en forma de instrucciones individuales. Si esta secuencia de letras se ve alterada (mutaciones genéticas), puede dar lugar a proteínas no funcionales que conducen en muchos casos al desarrollo de enfermedades de origen hereditario.
2. ¿Dónde se encuentra en el cuerpo?
El ADN existe dentro del núcleo de cada una de las células del cuerpo. Los cromosomas son los que tienen porciones de ADN estrechamente unidas en paquetes. La mayoría de las personas posee 23 pares de cromosomas, que hacen un total de 46 pares.
De estos pares, 22 son los mismos para todos, mientras que uno (el par X e Y denominado cromosoma sexual) es el responsable de los rasgos femeninos o masculinos.
Cada cromosoma contiene muchos genes, que son tramos de ADN que le dicen a la célula exactamente cómo construir las proteínas necesarias para crear y mantener las formas de vida. Los genes son las unidades básicas de la herencia.
3. ¿Cómo se transmite?
Como el ADN de una persona debe ser exactamente igual en todas las células del cuerpo, posee la fascinante habilidad de hacer copias de sí mismo. Así es cómo guarda la información genética y se asegura de que, cuando una célula se divide, las nuevas células contengan réplicas exactas del ADN de la célula original.
El ADN, usualmente conocido como el material hereditario del cuerpo, es transmitido de padres a hijos en el proceso reproductivo. Cada persona tiene dos copias de cada gen: una heredada de la madre y otra del padre.
Los rasgos hereditarios se expresan por medio de los genes; es por ello que un niño puede tener “la misma” nariz que su padre, o que los hermanos pueden presentar cierta similitud entre ellos.
4. ¿Es susceptible de cambios?
Sin embargo, como sucede con todo en la naturaleza, el ADN no es perfecto y, al hacer copias, pueden aparecer errores. De igual manera, puede ser afectado por factores ambientales como la exposición al humo del cigarrillo y a la radiación ultravioleta. Los cambios en su secuencia dentro de nuestros genes se denominan mutaciones, las cuales pueden ser tanto hereditarias como adquiridas.
Un pequeño porcentaje de las mutaciones genéticas puede causar problemas de salud serios -una categoría de enfermedad que se denomina trastorno genético-. Algunos ejemplos de trastornos genéticos son la fibrosis quística y la anemia drepanocítica.
El cáncer puede ser producto de las mutaciones genéticas que fueron heredadas o de aquellas que fueron adquiridas por la exposición a distintos factores ambientales nocivos. Las mutaciones genéticas que suceden dentro de un embrión en desarrollo pueden ocasionar un aborto o afecciones como la Trisomía 21, también conocida como síndrome de Down.
La buena noticia es que, con frecuencia, las células pueden reparar una mutación genética antes de que se vuelva permanente. Y, aunque esto suceda, la gran mayoría de las mutaciones no supone un riesgo para la salud en lo absoluto.