Si hay algo por lo cual las personas nos conocen es por nuestros nombres, algunos seguro no están conformes con el que les tocó y otros no tanto (y me llamo Walter, así que sé de lo que estoy hablando).
Sin lugar a dudas con el correr de los años esos nombres, nos dan una IDENTIDAD en el lugar donde estamos, en nuestras familias, grupos de amigos, trabajos, etc.
En los tiempos Bíblicos, Dios impactaba tanto en algunas personas que hasta su nombre era cambiado, Abram paso a ser Abraham, Saraí fue Sara, incluso en el nuevo testamento Simón pasa a ser llamado Pedro.
En la segunda carta a los Corintios el apóstol Pablo enseña que los que están en Cristo son nuevas criaturas.
Y entonces nuestras identidades son cambiadas, ya no vivimos nosotros, sino que es Cristo quien está viviendo dentro nuestro.
Y Dios quiere afirmarte en esta nueva identidad que Él te dio por eso quiere que sepas estas cosas.
- ERES AMADO POR ÉL
«Yo te he amado, pueblo mío, con un amor eterno.
Con amor inagotable te acerqué a mí. Jeremías 31:3
- ERES FUERTE CON SU FORTALEZA
Él da poder a los indefensos
y fortaleza a los débiles.
Hasta los jóvenes se debilitan y se cansan,
y los hombres jóvenes caen exhaustos.
En cambio, los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas…Isaías 40: 29-31
- EL TE SOSTIENE
Aunque tropiecen, nunca caerán,
porque el Señor los sostiene de la mano. Salmo 37:24
- LE PERTENECES
Ustedes antes ni siquiera eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios; antes no habían recibido misericordia, pero ahora ya la han recibido. 1 Pedro 2:10
- TE HIZO LIBRE
y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.
Así que, si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres. Juan 8:32 y 36
Y TE HIZO SU HIJO Y ADEMÁS HEREDERO DE SUS PROMESA
Pero, cuando se cumplió el plazo, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, a fin de que fuéramos adoptados como hijos. Ustedes ya son hijos. Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: «¡Abba! ¡Padre!» Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y, como eres hijo, Dios te ha hecho también heredero. Gálatas 4: 4-7
Dios quiera que puedas arrancar esta semana consiente de tu nueva identidad en Cristo y que puedas vivir conforme a ella.