Jue, 21 de noviembre de 2024
Salud

Dolor de cuello: 3 ejercicios básicos para aliviar molestias y qué hacer si tenés tortícolis

Es uno de los dolores más frecuentes. Una zona del cuerpo en la que suelen concentrarse tensiones, contracturas y molestias. Un área que se ve afectada por las malas posturas que se sostienen de manera cotidiana, como al trabajar en la computadora, estudiar o incluso al dormir. Y que además es la responsable de sostener la cabeza, que realiza a diario muchísimos movimientos.

Así lo entiende y explica el kinesiólogo y fisioterapeuta Javier Furman “Tiene mucha palanca, porque no está sostenida: se constituye como una hilera de vértebras. Entonces, cualquier impacto, cualquier golpe, cualquier mal movimiento o esfuerzo, un golpe de puño, un robo, una caída o un choque; van a generar este efecto latigazo por palanca, por lo que se suele lastimar”, detalla.

“Por otra parte -añade-, la columna cervical aloja en su interior la porción más ancha, más gruesa, de la médula espinal, que es ni más ni menos que la prolongación del cerebro. Entonces, va a estar muy sensibilizado, y además de ahí emergen todas las raíces nerviosas que van hacia los brazos, hacia la cabeza, hacia el torso. Estamos hablando de una estación nerviosa muy importante”, enfatiza.

Dolor cervical: causas

Por lo general, el dolor cervical se da como consecuencia de una combinación entre el desgaste articular y el desgaste de los discos, indica el profesional.

“Generalmente hay problemas en los discos, es decir discopatías: hernias de disco, protrusión discal, abombamiento, pinzamiento. También puede tener que ver con procesos degenerativos, como la artrosis, las calcificaciones, las desalineaciones de las vértebras que se llaman listesis, y otra gran cantidad de patologías”, enumera.

En tanto, las malas posturas, y sobre todo los accidentes como los vehiculares, pueden empeorar el cuadro. “Es bastante común que cuando estamos en el auto esperando que cambie el semáforo y nos impactan de atrás, se genere lo que se llama latigazo cervical”, explica.

“Cuando se genera este traumatismo, se lastima o se rompe parte de la contención de las estructuras óseas, de las vértebras de la columna cervical. Y esto con el tiempo, incluso luego de 10 o 15 años, hace que se empiece a generar falla biomecánica y se empiece a generar el desgaste y la degeneración de todas las estructuras internas de la columna.”

Las sobrecargas, los nervios, las tensiones, algunos deportes de impacto como el rugby, por ejemplo, también pueden incidir negativamente.

Cómo ejercitarla para prevenir dolores

Furman asegura que la columna cervical no se debe fortalecer, aunque sí podemos trabajar en su flexibilidad y elongación, con el objetivo de descomprimir los nervios y no sufrir tantos dolores.

“Tenemos que hacer ejercicios, pero lo más importante es que nunca nos generen más dolor del que ya tenemos”, advierte.

“El objetivo de estos ejercicios es darle movilidad, elasticidad, y flexibilidad a la zona, obviamente, siempre teniendo mucho cuidado, porque si hay un desgaste previo, cualquier movimiento muy brusco o exigido o extraño puede llegar a comprimir más los nervios”, precisa.

Por eso, propone realizarlos de manera lenta, progresiva, y a conciencia, “intentando dilucidar si algo de lo que sentimos es dolor, para frenar; el dolor es el límite”.

En qué consisten los ejercicios

  • Generar un anclaje con una mano.
La mano encima de la cabeza genera un anclaje. Foto Rocío Carrasco.
  • Con la otra, suavemente, traccionar desde la cabeza hacia uno de los laterales.
Debe hacerse a un lado y al otro. Foto Rocío Carrasco.
  • Después, progresivamente y con movimientos suaves, cambiar de lado, y traccionar hacia el otro lado, siempre manteniendo la extensión contralateral, es decir de la otra mano.
Las manos van entrelazadas  y detrás de la nuca. Foto Rocío Carrasco.
  • Finalmente vamos a poner las dos manos entrelazadas detrás de la nuca y vamos a traccionar suavemente hacia adelante, solamente con el peso de las manos, para elongar y flexibilizar la cadena posterior del cuello.

Tratamientos

“Dependiendo de si es una cuestión degenerativa, podemos utilizar la ozonoterapia, que es la aplicación inyectable de gas ozono, estimulando y acelerando la regeneración de los tejidos”, sostiene.

También se suele recurrir a la osteopatía, y a la Reeducación Postural Global (RPG). “En algunos casos se puede utilizar la quiropraxia, la terapia miofascial y la terapia craneosacral”, añade.

¿Cuándo debemos consultar?

Furman indica que debemos distinguir el dolor de la rigidez. “Si hay rigidez, puede estar vinculado a una cuestión degenerativa, o sea, de desgaste articular; y si hay dolor, por lo general hay un compromiso de los nervios, ya sea porque se comprime por calcificaciones o porque se comprime por discos salidos de su origen”, describe.

¿Cómo saber si se trata de tortícolis?

A muchas personas les sucede: se despiertan a la mañana “con el cuello duro”, es decir, sin poder mover la cabeza. En esos casos se puede sospechar de una tortícolis.

“Hablamos de tortícolis cuando se da un espasmo muscular, una contracción violenta y autónoma del músculo denominado esternocleidomastoideo, que es un músculo que se engancha al esternón, a la clavícula y a la parte de atrás del hueso occipital”, detalla.

Se aconseja fomentar la movilidad, la elasticidad y la flexibilidad Rocio Carrasco

 

El profesional explica que si bien puede darse por alguna cuestión degenerativa, “también puede haber alguna cuestión digestiva, porque no olvidemos que el hígado está directamente conectado con la columna cervical, por ejemplo, entonces cualquier sobrecarga o trastorno hepático también puede generar una tortícolis, sobre todo del lado derecho”.

Y añade: “Es una rigidez, un dolor muy importante que por lo general dura entre 4 y 7 días. Hay que trabajarlo de manera muy progresiva, con técnicas manuales, y con osteopatía. Además, se deben evitar movimientos bruscos”.

¿Es bueno aplicar frío o calor a la zona?

Es muy común que muchas personas se apliquen hielo o calor en la zona. Furman no recomienda hacer esto último: “la contractura muscular es un efecto de protección natural del cuerpo que está tratando de estabilizar la columna cervical. Si nosotros le ponemos calor, vamos a relajar todo esto y a desestabilizar aún más la columna”.

El caso del frío es distinto. Según asegura, no tiene grandes beneficios, aunque tampoco contraindicaciones importantes. “Si tengo que elegir entre frío y calor, prefiero frío, pero idealmente, nada. Lo mejor es ponerse en las manos de un profesional”.

¿Cómo prevenir dolores?

¿Qué disciplinas ayudan para prevenir dolores? ¿Hay ejercicios que contracturen más la zona, como los de fuerza?

Furman explica que los músculos que componen la columna cervical son numerosos, pero que no deben “fortalecerse”. “Es un gran grupo muscular y tienen el deber de, ni más un menos, mantener estable la cabeza y proteger la médula espinal que se encuentra en su interior, por lo cual los ejercicios para fortalecimiento muscular no se realizan en la zona cervical”.

“Si nosotros hacemos ejercicios de fortalecimiento de los músculos de la columna cervical, como he visto que hacen muchos jugadores de rugby, lo único que vamos a estar haciendo es comprimiendo los nervios, lastimando los discos intervertebrales y generando artrosis prematura”, advierte.

En cambio, los ejercicios que se aconsejan son aquellos que fomenten la movilidad, la elasticidad y la flexibilidad, como los que se ejercen cuando se hace natación, pilates, stretching o yoga, siempre realizado de manera individualizada, supervisado por una profesor o profesora que corrija y asesore, y controle que no se excedan los rangos articulares de cada persona.