El Gobierno está considerando una reforma significativa en el proceso de sucesiones patrimoniales. Actualmente, un juicio sucesorio puede extenderse hasta seis meses, pero, de ser aprobada la nueva medida, el trámite podría completarse en solo 15 minutos mediante la intervención de un escribano. Esta medida busca acelerar el proceso y reducir la carga sobre el sistema judicial, aunque no necesariamente disminuirá el costo del trámite. Las sucesiones disputadas seguirán tramitándose en los tribunales.
Además, la administración está trabajando en otros proyectos para simplificar trámites y modernizar el sistema, como permitir depósitos judiciales en bancos privados para facilitar operaciones. Esta reforma forma parte de una serie de iniciativas destinadas a desburocratizar el Estado y mejorar la eficiencia administrativa.