A partir de septiembre, el Gobierno argentino reducirá el impuesto PAIS del 17,5% al 7,5%, generando expectación en el mercado automotor. Esta disminución es esperada por los consumidores con la esperanza de una baja en los precios de los autos.
La reducción del impuesto PAIS ha sido una demanda frecuente de fabricantes e importadores, que han atribuido el alto costo de los vehículos a la pesada carga impositiva. Sin embargo, Martín Zuppi, presidente de Stellantis Argentina y de ADEFA, aclara que, aunque la medida debería impactar positivamente en los precios, no se reflejará directamente en una baja del 10% debido a los costos locales en pesos que no se verán modificados.
Los autos importados tienen un desfase en la venta, por lo que los vehículos que ya llegaron antes de la reducción impositiva podrían no ver una disminución inmediata en sus precios. Las marcas decidirán si ajustar los precios para aprovechar el nuevo entorno fiscal o mantenerlos para recuperar márgenes.
Hugo Belcastro, importador de BAIC y presidente de CIDOA, señala que la decisión final sobre los precios recaerá en el mercado. La competencia y la oferta serán clave para determinar si los precios efectivamente bajan y en qué medida.
La reducción también beneficiará a la industria de autopartes, aunque Juan Cantarella, presidente de la Asociación de Fábricas de Componentes (AFAC), advierte que el impacto local podría ser limitado.
El mercado estará atento a cómo cada marca responde a esta medida y si los consumidores notarán una reducción real en los precios de los vehículos.