Silvio Santos, uno de los mayores nombres de la historia de la televisión brasileña y dueño de un grupo de medios de comunicación, murió este sábado a los 93 años en la ciudad de San Pablo, según informaron los canales de su propiedad.
“Vivió 93 años para llevar felicidad y amor a los brasileños. La familia está muy agradecida por los más de 65 años de convivencia”, señaló en redes sociales SBT, la cadena de televisión fundada por Santos y que ahora dirige su hija, Daniela Beyruti.
Personalidades del mundo de la cultura y de la política se apresuraron a expresar sus condolencias a la familia del comunicador, dueño de una sonrisa permanente y un carisma incuestionable y cuya presencia en las televisiones brasileñas ha sido perenne desde la década de 1960.
El jefe de Gabinete de la Presidencia de Brasil, Rui Costa, alabó “el legado de éxito notable” de Santos, a quien tachó de “símbolo de alegría y del entretenimiento”.
Siempre fue uno de los nombres de peso en la parrilla de programas dominicales, donde se desenvolvía como nadie con su don de gentes y su desparpajo, capturando la atención de las masas ante la pantalla.
El ‘Programa Silvio Santos’, en antena desde 1963, creó escuela en Brasil y atrapó a varias generaciones ante la pantalla chica, con una mezcla de música, entrevista, comedia, juegos familiares y sobre todo, concursos y distribución de premios para engatusar a la audiencia de las clases populares.
Los brasileños siempre le recordarán por su frase ‘¿Quién quiere dinero?’, que gritaba antes de lanzar al enardecido público de sus programas billetes doblados en forma de avión.
Un empresario que empezó de cero
Nacido el 12 de diciembre de 1930 en Río de Janeiro con el nombre de Senor Abravanel, era hijo de una humilde pareja de judíos sefarditas greco-turcos que migraron a Brasil tras el fin del imperio Otomano.
Comenzó su carrera en la radio en la década de 1940, pero fue en la televisión donde alcanzó la fama y el éxito inmediato, cuando estrenó en 1961 su primer programa de variedades, ‘Vamos brincar de forca’ en la TV Paulista.
Dos años después, el programa se rebautizó con el nombre ‘Programa Silvio Santos’, que desde entonces ha permanecido en el aire, pasando por emisoras como Globo, Tupí, Record y SBT, un canal que él mismo fundó en 1981.
En 1993 el libro Guinness reconoció que el programa era el más longevo de la historia de la televisión. Han pasado tres décadas desde entonces y sigue en el aire.
Su estilo desenfadado y natural le llevaron a meterse en no pocas polémicas, por algunos comentarios groseros que en alguna ocasión profirió a algún invitado o a algún miembro del público en sus programas en vivo.
Más recientemente, le echaron en cara algunos comentarios machistas, que en el pasado no causaban ninguna polémica y, es más, eran parte fundamental de la comedia.
Además de su éxito en la televisión, Santos también fue conocido por su habilidad empresarial. Construyó un imperio mediático en Brasil, que incluye no solo el SBT, sino también una amplia gama de empresas en diferentes sectores, como la banca, la construcción y la cosmética.
A lo largo de su carrera, fue galardonado con numerosos premios y honores por su contribución al entretenimiento y la televisión brasileña, entre ellos la Orden del Mérito Cultural entregada por el Gobierno brasileño en 2012.
En 1989 trató de usar su popularidad para presentarse a candidato a las elecciones presidenciales, llegando a liderar las encuestas de intención de voto, pero su candidatura fue cancelada por decisión judicial, por errores en la inscripción de su partido.