El fútbol está a punto de experimentar una revolución normativa con la introducción de una tarjeta azul y la implementación de sin bins o áreas de exclusión temporal para sancionar faltas temerosas y actitudes agresivas hacia los árbitros durante los partidos. Según lo anunciado por la International Football Association Board (IFAB), este cambio histórico, el primero desde la adopción de las tarjetas amarillas y rojas en el Mundial de 1970, tiene como objetivo mejorar la conducta de los jugadores en el terreno de juego.
La Asociación de Fútbol de Gales (FAW) había planeado usar esta tarjeta en competencias de base esta temporada, pero no obtuvo la aprobación necesaria y recurrió a mantener la clásica tarjeta amarilla en su lugar. Según detalló el medio inglés The Telegraph, este viernes se oficializarán los detalles de esta iniciativa que busca castigar tanto las faltas tácticas como el comportamiento antideportivo. No obstante, la IFAB la tiene en estudio en principio hasta marzo.
La medida de la cartulina azul permitirá la exclusión de un jugador del campo por 10 minutos tras cometer una infracción que se considere malintencionada o mostrar falta de respeto hacia el oficial del partido. Si un jugador acumula dos azules o una combinación de amarilla y azul en un mismo encuentro, será expulsado del juego mediante tarjeta roja. Esta nueva reglamentación se experimentará inicialmente fuera de las competiciones de élite para evaluar su eficacia y posibles ajustes, aunque podría implementarse en torneos de alto nivel como la FA Cup y la Copa Femenina de la Liga en Inglaterra en un futuro cercano. De instaurarse oficialmente a todo nivel, recién sería desde julio de 2024.
Sin embargo, herramientas como el sin bin no estarán presentes en eventos como la Eurocopa de este verano o la próxima edición de la Champions League, tras la oposición expresada por el presidente de UEFA, Aleksander Ceferin, sobre este tipo de medidas. Adicionalmente, la IFAB ha aprobado una prueba a nivel global de otra regla inspirada en el rugby, la cual limita la comunicación con el árbitro solo al capitán del equipo, en un esfuerzo por controlar los comportamientos impropios en el campo y las avalanchas de reclamos que generan tumultos alrededor de los jueces durante los encuentros.
Lukas Brud, director ejecutivo, declaró a The Times: “Hemos identificado el mal comportamiento de los participantes como uno de los principales problemas del fútbol y será el tema principal de la IFAB en los próximos años. Estamos estudiando lo que podemos hacer, ya sea a través de las Reglas de Juego o de recomendaciones y directrices sobre medidas adicionales”. Y añadió al respecto: “Puede que a los jugadores no les preocupe tanto recibir una tarjeta amarilla por decir algo inapropiado a un árbitro, pero puede suponer una gran diferencia si saben que significa una décima parte del partido fuera del terreno de juego”.
Estas innovaciones surgen como respuesta a las preocupaciones expresadas por líderes de IFAB sobre la conducta de los jugadores, a quienes describen como una amenaza potencial para el futuro del fútbol. Se espera que las pruebas y ajustes de estas regulaciones contribuyan significativamente a preservar el espíritu deportivo y la integridad del juego.