Jue, 21 de noviembre de 2024
Columna Eldorado Politica

Los pichados

En Misiones es una palabra muy popular y conocida. Es muy sencillo identificarlos, por sus caras largas, sus expresiones y sus comentarios. La «pichadura» se extiende como una sombra sobre distintos sectores de la sociedad y deja a la luz una profunda insatisfacción que se manifiesta de diversas maneras pero… ¿Quiénes son los pichados?

En Eldorado, la palabra «pichado» cobró un significado particular en los últimos tiempos. Referido a personas que se enojan con facilidad, este término describe con precisión el clima que envuelve a una parte de la sociedad eldoradense, especialmente cuando se trata de la situación que atraviesa la empresa de colectivos local.

Pero no podemos olvidar que la sociedad está pichada de la corrupción política y así expresó su descontento en las urnas, llevando a la presidencia a un candidato hasta entonces desconocido. Sorprendentemente, este fenómeno se replicó en Eldorado, donde el apoyo fue abrumador, dejando muy por debajo a los militantes renovadores, y demás partidos que poco hicieron para defender a sus “candidatos” a pesar de la ausencia de representantes «Leoninos» en nuestra propia ciudad y la provincia.

El gobierno provincial también parece estar impregnado por la «pichadura». Un ex intendente, que dejó 748 millones de pesos de deuda y varias situaciones por lo menos cuestionables; en el mes de octubre de 2023, se advertía al ejecutivo en ese momento por “posibles irregularidades en la ejecución de los presupuestos 2022 y 2023”, puntualmente en gastos y nombramientos en planta. Cosa que se confirmó meses después. Por ello, es prácticamente inviable, atribuir a una gestión que lleva menos de dos meses las responsabilidades de los desmanejos del gobierno anterior.

Pichadura existió en el personal del propio hospital Samic de Eldorado, cuando se enteraron que se peleaban por la dirección de ese importante nosocomio del norte de la provincia. Y ahora, sin municipio, ni dirección del Hospital, algunos afirman que no le queda más que agitar las aguas políticas en diferentes sectores.

En este contexto también están pichados los cerca de 300 contratados por el ex jefe comunal, quienes creían tener asegurado sus puestos de trabajo pero no se percataron que la promesa estaba fundada sobre la violación de las leyes y presupuestos aprobados.

Están pichados los usuarios con la empresa, con los problemas recurrentes… y con justa razón.

Pero no solo el transporte público se encuentra bajo los efectos de esta molestia generalizada. Los propietarios de la empresa prestataria del servicio urbano también se sumaron a la creciente «pichadura» social al postergar, los representantes de la «Casa del Pueblo», durante demasiado tiempo los ajustes tarifarios que el contexto económico nacional demandaba. Este desfase genera desconfianza y una sensación de abandono entre los ciudadanos.

Pichados están tambien los que ven siempre a los mismos políticos permanecer viviendo del Estado generoso y abundante. Sobran ejemplos en el desgastado y deteriorado Concejo Deliberante, no por sus empleados.

La renovación de escaños en el legislativo trajo también un «cambio» de Secretarías y Prosecretarías. Allí se ve, una vez más, como son los mismos de siempre en volver, permanecer y cobrar. Acuerdos, arreglos, donde sobreabundan beneficios políticos personales por encima de los ciudadanos eldoradenses.Sólo por mencionar uno:  «El acuerdo de color verde».

Y hablando de colores, no dejemos de nombrar a los socios de la CEEL, pichados, cansados, agobiados, por los deficientes servicios.

La «pichadura» en Eldorado es más que un estado de ánimo; es un reflejo de las tensiones políticas y descontentos acumulados. ¿Serán capaces de tomar decisiones antes de que la irritación se convierta en un malestar crónico que desestabilice aún más la convivencia en nuestra querida ciudad?

En fin, nosotros ya hemos aprendido a superar las pichaduras y a los pichados. ¿Cómo? Entendiendo que se trata de agitadores, en un entramado político, que solo buscan confundir y enredar el asunto, haciendo más difícil su éxito, con intereses propios.

Además… En política se dice que el que se picha, pierde.

                                                           Y Pichado arriba del techo.