En todo el país quedan entre 250 y 300 yaguaretés adultos repartidos en tres poblaciones: las yungas de Salta y Jujuy, la región chaqueña y porciones de la selva misionera, según el informe “Monitoreo a largo plazo de yaguareté (Panthera onca)”, publicado en la revista de la Universidad Autónoma de México y realizado por la Red Yaguareté.
El yaguareté es el felino más grande del continente americano y el tercero a nivel mundial, después del león y el tigre asiático. Su conservación es fundamental para mantener los bosques saludables, las reservas de carbono, la biodiversidad, la disponibilidad de agua y el patrimonio natural y cultural.
En la Argentina, se encuentra en la categoría de “en peligro crítico de extinción”, afectado por la caza directa (muchas veces como represalia por las depredaciones a animales domésticos), seguida de la pérdida, la fragmentación o el empobrecimiento de su hábitat y la disminución en la disponibilidad de sus presas.
En la selva misionera, donde se calcula que hay entre 70 y 90 ejemplares, se ubican las 8800 hectáreas de la Reserva Natural de la Defensa Puerto Península, en el departamento de Iguazú. Esta zona en el extremo noroeste de la provincia ya perdió casi el 70 por ciento de su superficie original y es donde, desde 2016, la Red Yaguareté, una fundación sin fines de lucro dedicada a la conservación de los últimos ejemplares de especie en nuestro país y sus ambientes, realiza un monitoreo constante con cámaras trampa, sin interferir con el hábitat natural.
Desde dos estaciones de muestreo con dos cámaras trampa enfrentadas cada una para poder fotografiar ambos flancos de cada ejemplar y así identificarlos, logró documentar hasta 2022 quince yaguaretés, entre residentes y transeúntes, en 93 registros fotográficos. Su presencia es constante.
“Eso te habla de la salud del lugar. Hay hembras, machos, cachorros, y constantemente van cambiando”, cuenta a Convivimos Nicolás Lodeiro Ocampo, cofundador y actual director ejecutivo de la Red Yaguareté. “En una de las estaciones de cámaras instaladas hace poco detectamos cinco yaguaretés en el mismo lugar, lo que muestra la cantidad de ejemplares que hay”, agrega.
La reserva y el conflicto
La figura de “Reserva Natural de la Defensa” designa un área de gran valor de conservación por resguardar ambientes y especies que no estaban incluidas (o lo estaban insuficientemente) en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Se aplica a áreas silvestres que son propiedad del Estado nacional bajo la órbita del Ministerio de Defensa.
“Es un predio del Ejército Argentino desde hace muchísimos años que fue, de a poquito, perdiendo su superficie”, explica Lodeiro Ocampo. Una parte del terreno fue donada al Parque Nacional Iguazú, casi la mitad se donó a la provincia y es hoy el Parque Provincial Puerto Península, y lo restante está dividido en dos lotes. La Red realiza el monitoreo en el Lote A, que al sur limita con la ciudad de Puerto Iguazú.
“Detectamos que ese lugar no tiene una protección real efectiva”, cuenta Lodeiro Ocampo. “Debería, pero no está incluido en los programas o las patrullas de fiscalización de cacería y de apeo de madera ilegal, que hay mucho en esa zona, por parte de Parques Nacionales”, asegura.
“Hemos registrado cazadores ahí dentro, inclusive cuasiaserraderos de gente que cruzaba desde Paraguay, hay bastante cacería. Sin embargo, hay mucha fauna silvestre, porque es una zona que está conectada con este bloque norte de selva de Misiones, que es el lugar donde más densidad de yaguaretés hay en la Argentina. El riesgo de que esto se vea afectado es altísimo”, resume.
En el sector trabaja un grupo de voluntarios de la Red que se ocupan del monitoreo poblacional: en la zona norte de Misiones son en total 14 estaciones con cámaras, incluidas las que fueron instaladas en julio en el Parque Nacional Iguazú. Además de esas imágenes, también recaban información de huellas, de publicaciones y de cámaras instaladas en propiedades vecinas.
“Lo que más llama la atención en el caso de la reserva es la interacción que tienen esos animales con el uso que se le da al predio donde se desarrollan tareas de entrenamiento. Uno ve que pasan soldados, camiones del ejército, y al rato pasa un yaguareté, un puma o cualquier otro animal. Es muy loca esa situación: se puede convivir”, relata Guillermo Martínez a Convivimos, y agrega que la zona está a unos cinco kilómetros del ejido urbano de Iguazú.
Martínez, originario de Puerto Esperanza, Misiones, es quien hoy coordina al grupo en la Región Norte de la Provincia, y recuerda cuando comenzó a colaborar en la Red, en 2014: “Medíamos las velocidades de los automóviles en la Ruta Nacional 12, justo en la parte de Península, pero que es parque provincial. Sacamos un valor que luego se le presentó a Vialidad Nacional, a la provincia y a otros organismos: que el 97 por ciento de los vehículos exceden la velocidad máxima en esa zona”, relata, señalando otra de las amenazas para los yaguaretés, la muerte por atropellamiento en rutas. Por esta causa, fallecieron hasta seis ejemplares entre 2016 y 2022, según el informe citado.
Propuestas
Para resguardar esta zona, la Red Yaguareté propone, primero, categorizarla “roja” en lugar de “amarilla”, como hoy está, según la Ley N° 26.331, conocida como Ley de Bosques, de manera que no se pueda desmontar. Segundo, plantean incluir a las Reservas Naturales de la Defensa dentro de las categorías de Áreas Protegidas de Parques Nacionales y desarrollar un plan de gestión especial para ellas.
“Y después consideramos que estaría bueno reabrir el acceso al público”, manifesta Lodeiro Ocampo, lo que estaría limitado a períodos sin actividades militares y en las áreas de menor impacto, con el fin de incrementar el conocimiento e interés de la población. “Lo último –indica– es implementar las directrices generales de manejo para las áreas protegidas al norte de Misiones”.
DÉCADAS SIN YAGUARETÉS
“Un dato muy preocupante es que en Santiago del Estero desde 2013 no hay registros confirmados de yaguaretés. En el Parque Nacional Copo, el más importante de esa provincia, el último registro oficial es del 2004”, relata Lodeiro Ocampo, reflejando el valor de la conservación de cada ejemplar. Sobre Misiones, detalla que en la Reserva de la Biosfera Yabotí, la cantidad es “sensible y preocupantemente mucho menor”, mientras que en Salto Encantado hace un año y medio que no los registran.
Fuente: Convivimos
Gentileza de Red Yaguareté