En una reciente comunicación con Eldópolis Radio 106.3, Carolina Rovira, una misionera que vive en Florida, compartió su experiencia durante el paso del huracán Milton. Según los reportes, el huracán causó cuatro muertes en la región de Florida, dejando un rastro de destrucción.
Carolina, que se encuentra en Clermont, a media hora el lugar en donde reside, relató que, a pesar de la intensidad del huracán, se encuentra bien. «Gracias a Dios, donde estoy, no perdimos la luz. En la medianoche, los vientos eran muy fuertes; era imposible abrir las puertas«, comentó. También observó que varios amigos sufrieron inundaciones en sus casas y que están esperando instrucciones de las autoridades sobre cuándo podrán salir de sus hogares. «Es imposible salir en este momento; estamos esperando a las autoridades que nos digan cuándo es el momento oportuno», agregó.
El huracán Milton llegó a Florida como un huracán de categoría tres, aunque en la zona donde se encuentra Carolina se clasificó como categoría uno, aunque con vientos que alcanzaron la fuerza de una categoría superior. Las autoridades recomiendan permanecer en casa hasta que se realicen las evaluaciones necesarias y se considere seguro salir. Carolina mencionó que, en su área, la situación es crítica, ya que aún se están evaluando los daños y las víctimas.
Cuando se le preguntó sobre la evacuación de personas, Carolina explicó que hay muchos lugares, como estadios, que albergan a quienes tuvieron que evacuar. «La gente es muy generosa en tiempos como estos; muchos ofrecen sus casas para ayudar a los evacuados», comentó. Además, los refugios están disponibles en diferentes puntos de la ciudad, dependiendo de la situación en cada área.
En cuanto a la preparación antes del huracán, Carolina destacó que la advertencia previa permitió a las personas abastecerse de agua y alimentos, aunque las góndolas de los supermercados estaban prácticamente vacías debido a la alta demanda. «Algunas personas pueden estar sin luz por dos o tres días, así que la gente actúa con precaución», explicó. Carolina, por su parte, dejó todo en orden en su casa antes de que el huracán golpeara. «Traté de alzar todas las cosas que estaban cerca de las ventanas y espero lo mejor», expresó con ansiedad por volver a su hogar.
La familia de Carolina en Misiones también se mantiene en contacto y le han llamado para informarse sobre su bienestar. «Sí, me han llamado por teléfono, preocupados por mí. Están en Oberá y Posadas», comentó. Carolina concluyó su mensaje agradeciendo el apoyo y el contacto permanente, mientras espera poder regresar pronto a casa.