El 29 de diciembre de 2013, Michael Schumacher, aficionado al esquí, viajaba en las vacaciones navideñas con su familia a los Alpes franceses. Hacía un año que se había retirado de la Fórmula 1, donde se le conocía como ‘el Káiser’. Con siete mundiales en su palmarés, el heptacampeón del mundo alejado de las ruedas le gustaba deslizarse por la nieve. “De lo mejor que he visto no siendo profesional”, afirmó Hubertus von Hohenloe, olímpico de esquí por México. Pero ese día, la vida de Michael y su familia cambiaría para siempre. En la estación francesa de Méribel el expiloto sufrió una grave caída al tropezar con varias piedras, con la mala suerte de golpearse la cabeza. Sufrió un “traumatismo craneoencefálico con coma que requirió una intervención neuroquirúrgica inmediata”. Pese al hermetismo de la familia en cuanto a las actualizaciones de su estado de salud, son varios los datos que se conocen y las hipótesis que rodean el motivo del accidente.
Día del accidente
Todavía es una incógnita el cómo se produjo la caída de Schumacher, en la que, aparentemente, era una zona de baja peligrosidad. El periodista alemán Jens Gideon desveló dos novedades sobre las circunstancias del accidente. Dichos datos, los habría obtenido después de conversar con un monitor de esquí que el día del accidente presenció el lugar de los hechos.
- Condiciones de la pista: aquel día había escasez de nieve, por lo que el instructor afirmó que “uno no entra allí en un día como ese” advirtiendo que “ni siquiera en las pistas había condiciones ideales para esquiar”.
- Tiempo de traslado: la otra negligencia pudo ser el tiempo que se tardó en valorar el estado de gravedad del piloto. Primero, se tomó la decisión de trasladar al Káiser a una clínica de Moutiers, pero en pleno vuelo, se cambió la elección debido a una empeora en el pronóstico (perdió la consciencia). Entonces, fue trasladado al hospital de Grenoble.
Dos operaciones
Cuando llegó al hospital de Grenoble, fue intervenido en una primera operación por un traumatismo craneoencefálico con coma. Las expectativas puestas en la evolución del piloto eran altas. La prensa mundial y los seguidores de la F1 esperaban novedades sobre la evolución del expiloto. Así, el jefe de neurocirugía, el doctor Jean-François Payen, emitió un primer parte médico: “Está en una situación crítica. Se puede decir que su pronóstico vital está en entredicho. Su estado es muy grave. Por el momento, no podemos decir nada sobre el destino de Michael Schumacher. Es demasiado pronto para comentar sobre los posibles efectos en el paciente. Podemos decir que Michael vive una situación comprometida muy grave. Nuestro objetivo es limitar el aumento de la presión intracraneal y que la oxigenación de su cerebro sea correcta”.
El día siguiente del accidente, 30 de diciembre de 2013, se sometió a una segunda operación para intentar drenar parte del gran edema acumulado en su cerebro. “El paciente experimentó una leve mejoría de la presión intracraneal, que nos llevó a realizar un TAC sin ningún riesgo inútil. Mostró ciertos síntomas que eran relativamente estables, no había signos de empeoramiento de la situación inicial. Debatimos todos los médicos y decidimos una intervención quirúrgica que no estaba prevista y que nos permitió tratar de una forma más eficaz la elevación de la presión intracraneal”, desveló el doctor Payen.
Salida del coma y traslado a Suiza
En junio de 2014 fue despertado del coma al que había sido inducido. Una vez que en el hospital francés habían hecho todo lo posible, fue trasladado al de Luasana (Suiza), para mayor comodidad de la familia. En septiembre de 2014, la familia emitía un comunicado en el que actualizaba el estado de salud de Schumacher y anunciaba el retorno a casa. “A partir de ahora, la recuperación de Michael tendrá lugar en su casa. Teniendo en cuenta las heridas que sufrió, ha habido progresos en las últimas semanas y meses. Sin embargo, todavía queda un largo y complicado camino por delante. Nos gustaría extender nuestra gratitud a todo el equipo de cuidados de Lausana por su competente trabajo. Pedimos que la privacidad de la familia de Michael continúe siendo respetada y que se eviten los rumores sobre su situación”, comenta Sabine Kehm, la portavoz de la familia.
Pocas visitas
Desde que llegase a su casa, la familia ha mantenido un hermetismo completo. En casa, permanece en un estado vegetativo conectado a varias máquinas. Pocas son las personas que han accedido a visitarlo. Ross Brawn, su director en Benetton, Ferrari y Mercedes, y Jean Todt su jefe en la era dorada de Ferrari, que todavía dice acudir a veces para estar con Michael en casa. Este último aseguró en una entrevista al Corriere della Sera que “los que dicen saber algo no saben nada”. “Les visito a menudo, su familia es mi familia”. En 2020, a una visita a De Telegraaf afirmó que seguía en la lucha y que “con frecuencia” visitaba a Michael: “Vemos juntos la televisión”. En una entrevista reciente con L’Equipe desveló que “ya no es el Michael que solía ser”. “Michael está aquí, así que no le echo de menos. Simplemente, ya no es el Michael que solía ser”.
Último parte médico y tratamiento secreto en París
Después de cinco años de silencio desde su regreso a casa, sonó la noticia de que Michael estaba en el Hospital Europeo Georges Pompidou de París, sometiéndose a un tratamiento secreto mediante infusión de células madre, llevado a cabo por el departamento de Cirugía Cardiovascular que dirige el doctor Philippe Menasché. “Pueden estar seguros de que sigue en las mejores manos y que hacemos todo lo posible para ayudarle. Entiendan, por favor, que sigamos los deseos de Michael y que mantengamos una cuestión tan delicada como su salud, como siempre, en privado”, fue la última vez que su familia se pronunció hace cinco años.
Su familia lo echa de menos
Este diciembre de 2023, se estrenó un documental en la televisión alemana titulado ‘Being Michael’, que recoge declaraciones y testimonios de su entorno y sus rivales en pista (se suma al que se emitió en Netflix en 2021 ‘Schumacher’). Era la primera vez que se rompía el silencio desde 2019. Su hermano, Ralf Schumacher, hablaba además de cómo lo echaba de meno, días antes de que se cumpliese una década del fatídico accidente: “Echo de menos a mi Michael de entonces. La vida es a veces injusta. Michael había tenido suerte a menudo en su vida, pero entonces llegó este trágico accidente. Gracias a Dios hemos podido hacer algo gracias a las posibilidades de la medicina moderna, pero aun así nada es como antes. Puedo decir que su accidente fue una experiencia dolorosa y penosa también para mí”.