Sáb, 23 de noviembre de 2024
Reflexión

Sencilla

“Dame una fe sencilla
Cómo risa de niños cuando juegan
Cómo gota de roció que se rueda
Cómo cruz de rústica madera”

Santiago Benavidez

Cuántas veces nos complicamos con nuestra manera de creer, cómo nos dejamos llenar de dogmas y doctrinas, y nos olvidamos de la sencillez de la fe cristiana.

Ya en el antiguo testamento Dios mismo habla con el pueblo de Israel diciéndoles:

Este mandamiento que hoy te ordeno obedecer no es superior a tus fuerzas ni está fuera de tu alcance… ¡No! La palabra está muy cerca de ti, la tienes en la boca y en el corazón, para que la obedezcas. Deuteronomio 30:11-14

Este pasaje tiene una correlación en el nuevo testamento, más precisamente en el libro de Romanos 10

…Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos:  que, si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 1Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.

Nuestra fe debe ser sencilla, cree y serás salvo, entender eso nos llana de paz, con Dios, entendiendo que el es Autor y Consumador de nuestra Fe, y era por lo cual el mismo apóstol Pablo afirmaba que para los que no creían esta predicación era una Locura. Como es posible que yo no tenga que hacer nada mas que creer para alcanzar salvación.

La Fe debe ser entendida hasta por los niños, la fe cristiana, nivela, el mismo pasaje de romanos dice más adelante: Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

No necesitamos convertirnos en eruditos en materias bíblicas para entender que nuestra salvación depende del gran amor de Jesús que se hizo hombre y habitó entre nosotros. Él mismo señalaba que debemos ser como niños sino no entraremos en su reino.

Esa fe nivelada para todos otorgó salvación hasta a el preso crucificado junto a Jesús en el Golgota.

Moisés escribía que la palabra la tenemos en la boca y en el corazón, y Pablo ratifica: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

Los requisitos son dos cree con todo tu corazón y confiesa con toda tu voz. Dios nos perdona, no porque tenga amor, sino porque Él es amor.

Cristo no vino a este mundo para entretenernos vino a redimirnos, vino y nos compró, aunque siempre fuimos suyos. Nos restituye a donde siempre debimos estar, en la casa de nuestro Padre Celestial