Entre los hitos más destacados, se subrayó el fortalecimiento del sector productivo e industrial local. «Este año marcamos un antes y un después en la integración de la agroindustria y la producción regional», señaló Barreiro, mencionando que esta edición contó por primera vez con la participación de mecánicos locales mostrando sus trabajos, algo que promete motivar a más participantes en futuras ediciones.
La gastronomía también fue un pilar del evento, con tres áreas especialmente diseñadas para satisfacer a los asistentes. Sin embargo, no todo fue perfecto: uno de los desafíos señalados fue la conectividad a Internet. «La caída del servicio afectó algunas operaciones, como pagos virtuales, pero ya estamos evaluando soluciones para que esto no se repita», aseguró Barreiro, quien destacó la importancia de abordar este tema con proveedores locales.
El domingo, considerado el día más concurrido, puso a prueba la infraestructura del evento. «Hubo filas de hasta una hora y media, especialmente debido a la presentación de Matías Valdez, que fue un gran atractivo. A pesar de ello, los caminos alternativos y la labor de Obras Públicas lograron minimizar el impacto», agregó.
Finalmente, Barreiro resaltó el impacto económico del evento. «El movimiento no solo se dio durante la Expo; hubo un fuerte dinamismo previo con expositores adquiriendo insumos y servicios. Además, todos los alojamientos estuvieron a plena capacidad, beneficiando a sectores como la hotelería, gastronomía y comercios locales».
La organización ya se encuentra trabajando en el análisis final y en la planificación de mejoras para próximas ediciones. «Nos llena de orgullo ver cómo la comunidad y la región se apropian de este espacio. Queremos que la Expo Eldorado siga creciendo como una muestra regional que fomente el desarrollo económico y cultural», concluyó Barreiro.