Terminó agosto el único mes que tiene 90 días, o por lo menos eso es lo que parece, y llega septiembre y unos siente que acabamos de correr una ultra maratón, y caemos al llegar a la meta. Nos vendría bien una pastilla que nos aumentara nuestra Fe, como la espinaca de Popeye el marino, al que le daba fuerza y valor.
Aunque sabemos que a esa pastilla de la FE no lo vamos a encontrar en ninguna farmacia. Sabemos dónde la podemos hallar.
En los evangelios se relatan historias de personas que tuvieron crisis de fe, lo interesante que ninguno de ellos fue reprendido por su actitud.
Juan bautista envió a sus discípulos a preguntarle a Jesús si era el Mesías o todavía deberían esperar a otro, Natanael se preguntó si de Nazareth podía salir algo bueno, Pedro cuando comienza a hundirse en el mar, Jesús solamente le pregunta por qué dudó. Tomas solo iba a creer si podía ver y tocar las heridas de Jesús.
Todos podemos pasar por momentos de angustias, que nos hacen dudar, si Dios está realmente con nosotros.
Encuentro tres lugares donde podemos fortalecer nuestra fe.
- Buscar en la misma Palabra de Dios:
El libro de Hecho de los apóstoles relata la actitud de los habitantes de Berea, que no solamente escuchaban lo que predicaban Pablo y Silas, sino que recurrían a sus Biblias, a ver si estas enseñanzas tenían un buen fundamento.
Los de Berea tenían una mentalidad más abierta que los de Tesalónica y escucharon con entusiasmo el mensaje de Pablo. Día tras día examinaban las Escrituras para ver si Pablo y Silas enseñaban la verdad.
Justamente era lo que Jesús les había pedido a los fariseos que lo escuchaban
Ustedes estudian con cuidado las Escrituras porque piensan que en ellas hallan la vida eterna. Y son ellas las que hablan de mí.
- Observando lo que Dios hizo, su creación:
Cuando alzo la vista al cielo nocturno y contemplo la obra de tus manos, la luna y las estrellas que tú hiciste, no logro comprender por qué te ocupas de nosotros, simples mortales.
La naturaleza gloriosa de Dios se refleja en lo creado, toda la creación es testimonio de un Dios eterno, que además nos ama con locura.
- Pedirle a Dios que el mismo nos aumente la Fe
Entonces los apóstoles dijeron al Señor: —¡Aumenta nuestra fe!
Porque es Jesús mismo el autor y el consumador de nuestra Fe, nuestra fe se inicia e Él y se perfecciona en Él.
Así como en septiembre con la llegada de la primavera, se renueva la naturaleza, los campos se vuelven más verdes, las flores llenan de perfume el aire, así también nuestra débil Fe se fortalezca, en la confianza de que Dios, está a nuestro lado más allá de las circunstancias.