Antes de ganar el mundial 2022, muchos hemos hechos promesas de distinta índole e importancia. Si ganamos el mundial. Me corto el cabello, me hago un tatuaje de mi suegra, le propongo casamiento a mi novia y muchas otras por el estilo.
Según la revista española Medicina Plus, una de las etapas del duelo consiste justamente en hacer algunas promesas a cambio de algo, por ejemplo, recuperar la salud. Conseguir el trabajo deseado etc.
El problema es que muchas veces, pensamos que estamos en la misma condición delante de Dios, que Él debe hacer lo que nosotros estamos pidiendo, simplemente porque se lo pedimos y si lo hace, entonces le prometemos que lo seguiremos, le serviremos y lo amaremos mas que a nadie en este mundo.
Sin embargo, en la misma Palabra de Dios se nos recomienda que no debemos hacer promesas a la ligera delante de Él.
No hagas promesas a la ligera y no te apresures a presentar tus asuntos delante de Dios. Después de todo, Dios está en el cielo, y tú estás aquí en la tierra. Por lo tanto, que sean pocas tus palabras. Eclesiastés 5:2
Y si ya hicimos ese tipo de promesas, lo que nos recomienda es que no nos demoramos a cumplirla.
Si haces una promesa al Señor tu Dios, no tardes en cumplirla, porque sin duda él demandará que se la cumplas; si no se la cumples, habrás cometido pecado. No serás culpable si evitas hacer una promesa. Pero si por tu propia voluntad haces una promesa al Señor tu Dios, cumple fielmente lo que le prometiste. Deuteronomio 23: 21-23
Sin lugar a dudas mas de una vez hemos dicho algo a Dios, que seguramente no hemos podido cumplir, le paso a Pedro cuando en la última cene le dijo a Jesús que no lo abandonaría, sin embargo, antes de que el gallo cantara ya lo había negado tres veces.
Pero el Cristo resucitado, cuando se encuentra con él después de una noche de pesca, le espera con el desayuno listo y le pregunta si lo amaba más que los demás, la misma cantidad de veces que Pedro le había negado.
Jesús lo invita a charlar, el nos conoce en nuestra condición de Humanos, que fallamos constantemente. Y siempre esta disputo a hacer borrón y cuenta nueva. Siempre hay una nueva oportunidad de parte de nuestro creador para que estemos a cuentas con Él, una nueva oportunidad de empezar de nuevo, aunque le hayamos fallado una y otra vez.
Jesús le recuerda cual era el propósito de su llamado, más allá de su fracaso, Pedro fue llamado para ser pescador, pero de hombres, el Maestro le reenfoca en su destino.
«Vengan, pongamos las cosas en claro»,
dice el Señor.
«Aunque sus pecados sean como escarlata,
quedarán blancos como la nieve.
Aunque sean rojos como la púrpura,
quedarán como la lana. Isaías 1:18