Dom, 8 de diciembre de 2024
Columna Reflexión

Doctor, me duele acá

Sabías qué el 3 de diciembre se conmemora el Día del Médico en toda Latinoamérica en recuerdo del doctor cubano Finlay Barrés quien comenzó a investigar la propagación de la fiebre amarilla.

Sabías qué el símbolo de la medicina es llamado El báculo o vara de Asclepio para los griegos, o Esculapio para los romanos, y es una serpiente alrededor de una vara.

Sabías qué hay un relato bíblico donde Dios ordena a Moisés levantar una serpiente de cobre alrededor de una vara, y que quienes hayan sido picados por una víbora al mirar este símbolo serian curados.

Sabias qué, En Egipto, cuando un médico realizaba una operación con éxito a un noble recibía diez kilos de plata. Esta suma equivalía a 450 días de trabajo de un carpintero.

En siglos pasados, el oro era recetado como medicina. La gente pudiente masticaba láminas de oro y era añadido a las comidas en forma de polvo, como si fuera un condimento. Por ejemplo, los alquimistas del rey francés Luis XII (1601-1643) le hacían beber gran cantidad de oro líquido para enderezar su maltrecha salud.

Sabías qué Lucas el escritor del evangelio y compañero de Pablo era médico.

Lucas, el médico amado, los saluda también, y lo mismo hace Demas. Colosenses 4:14

Jesús vino a nuestra tierra para ofrecernos la medicina conociendo que estamos enfermos, haciéndonos nuevos, sanar nuestros corazones afectados por el pecado, que nos aleja de nuestro papá, el nos ofrece su medicina, él vino por vos y por mí, los que sabemos que necesitamos, no lo hozo por aquellos que se creen superiores, los que se sienten sanos, y no reconocen su necesidad.

Cuando Jesús los oyó, les dijo: «La gente sana no necesita médico, los enfermos sí». Luego añadió: «Ahora vayan y aprendan el significado de la siguiente Escritura: “Quiero que tengan compasión, no que ofrezcan sacrificios”. Pues no he venido a llamar a los que se creen justos, sino a los que saben que son pecadores». Mateo 9:12-13

Dios es un medico dispuesto a curarte, el sacrificio de Jesús trae sanidad a nuestros corazones, por sus heridas, nosotros alcanzamos salud en nuestros cuerpos.

He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad Jeremías 33:6