La sequía, que lleva tres años en esta región y aún permanece en pleno desarrollo, está provocando “una crisis que va a afectar la economía argentina” porque “en el corto plazo habrá una escalada de precios en carnes, verduras y frutas”.
“La mortandad de animales, que se está dando a raíz de la sequía, hará que la cadena de producción cárnica se vea interrumpida porque va a faltar oferta. Entonces, se puede advertir que la carne al mostrador va a tener un salto muy pronunciado en el corto plazo”, sostuvo el presidente de la Sociedad Rural de Santa Fe e integrante de la mesa de la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (Carsfe), Ignacio Mántaras.
En declaraciones a LA NACION, el dirigente ruralista también mencionó el estado de la campaña granaria. “En el caso del maíz, cuyas plantaciones se viene perdiendo de a miles, va a tener una campaña muy mala y todas las cadenas que se derivan del maíz (cómo la carne porcina y aviar, los balanceados), van a tener costos altos, y eso va a replicar en los precios de los productos de esos bienes”, subrayó.
En su evaluación de lo que sucede actualmente, es decir, el impacto económico y social que genera la sequía en esta provincia, Mántaras sostuvo que “a nivel productores, esto implica que muchos van a quedar fuera de competencia” y lanzó una dura crítica a la dirigencia política que gobierna ante la falta de respuestas inmediatas que requiere el campo santafecino.
Mántaras dijo que hay un evidente “menosprecio a los productores” que ven perder sus cosechas, sus rodeos y su futuro. Todo esto, dijo, porque “mientras la sequía azota a gran parte del país y principalmente a la provincia de Santa Fe, la mayoría de la dirigencia practica la rosca estival pensando en el calendario electoral, menospreciando a los productores y a los pueblos y ciudades del interior, que ya están padeciendo el impacto de la crisis”.
El dirigente alertó que las consecuencias de la prolongada sequía serán inevitables para los hombres de campo. “Sabemos que muchos de nuestros pares perderán parte o todo su capital, quedando muchos de nosotros fuera de la actividad. La crisis tendrá consecuencias por mucho tiempo y la respuesta estatal será insignificante, lenta, y poco efectiva”, auguró.
Explicó que, “luego de un tercer año consecutivo de fase Niña, la sequía se ha intensificado estos últimos meses, colocando a un gran número de productores en situación crítica extrema. En los predios agrícolas, se ha malogrado gran parte de la cosecha fina, y para la campaña gruesa aún hay gran cantidad de campos sin haber sido sembrados. Yen aquellos donde se pudo implantar los cultivos, los mismos están agonizando ante la escasez de lluvias y las altas temperaturas que en algunas jornadas se han asimilado a un soplete que todo quemó”, referenció.
También señaló que “en los campos ganaderos, la falta de agua para consumo de los rodeos se torna dramático por la pérdida de estado corporal y la mortandad diaria de animales. No debe haber pena más grande para un ganadero que ver sus vacas agonizar”.
Según Mántaras, “en el país acostumbrado a las bondades del campo, la producción de granos, leche, carnes, frutas, hortalizas, etc. se verá indefectiblemente reducida de forma acentuada. Para las autoridades políticas, serán dólares que faltarán, y sólo a eso se reduce el problema, que no es menor”.
Fuente: La Nación