La Asociación Bancaria (AB) y las cámaras empresarias lograron un acuerdo este viernes en el Ministerio de Trabajo, para revisar la paritaria, y concluyeron con un aumento salarial del 75% para el período enero-agosto de este año. En consecuencia, el salario mínimo inicial será para ese último mes de casi 420.000 pesos.
Un documento firmado por el diputado nacional del Frente de Todos (FdT) y el secretario de Prensa, Claudio Bustelo, indicó que el acuerdo determinó que el salario mínimo inicial en agosto, al que se sumará participación en las ganancias (ROE), se elevará a 419.864,81 pesos entre haber (405.222,32 pesos) y ganancias (14.642,49 pesos).
En ese sentido, sindicalistas y empresarios convinieron el pago de 361.241,68 pesos en concepto del bono por el Día del Bancario el 6 de noviembre, que es no laborable.
«En un muy difícil contexto económico, se acordó con las cámaras el incremento salarial para agosto, que consiste en un adelanto del 9% sobre las remuneraciones y adicionales convencionales y no convencionales sobre la base de los salarios de diciembre, lo que totaliza una mejora del 75% entre enero y agosto», aseguraron desde la Asociación Bancaria.
Cláusula gatillo para ganarle a la inflación
Los dirigentes señalaron en un documento en representación del Secretariado General Nacional, Sergio Palazzo, que para que los ingresos no pierdan poder adquisitivo contra la inflación las partes convinieron «una cláusula gatillo retroactiva, por lo que para el supuesto que la inflación supere el 75% a agosto último, las empresas ajustarán la diferencia y harán retroactivo a ese mes ese porcentaje», añadieron los gremialistas.
Palazzo y Bustelo convinieron con las cámaras patronales un nuevo encuentro para la segunda quincena de este mes a fin de discutir el aumento del último cuatrimestre del año.
En ese sentido y debido a este nuevo acuerdo, la asociación gremial indicó que la suma fija recientemente otorgada por el Gobierno nacional quedará absorbida hasta «su concurrencia si corresponde, según el decreto».
«La Bancaria continúa manteniendo la premisa de que los trabajadores no deben ser la variable de ajuste de la economía y de que es preciso salvaguardar el poder adquisitivo del salario de los empleados de la actividad», concluyeron Palazzo y Bustelo.