El dengue siempre es una amenaza para la salud de los argentinos. En lo que va del año se reportaron oficialmente 1.587 casos, con un aumento de más del doble respecto al informe anterior del Ministerio de Salud de la Nación.
Para evitar la propagación del virus es fundamental combatir al mosquito que lo transmite, el Aedes aegypti. Por eso son muy importante las medidas de prevención como eliminar los criaderos de estos mosquitos, lo cuales son los recipientes con agua estancada, dentro y fuera de las casas.
Pero una investigación científica avanza en el desarrollo de otro método que podría en el futuro cercano aportar en la lucha contra esta enfermedad.
Especialistas de la Comisión Nacional de Energía Atómica trabajan en la aplicación de la Técnica del Insecto Estéril (TIE) en mosquitos del género Aedes aegypti, portadores del dengue, zika y chikungunya, virus que tienen una amplia circulación en épocas de altas temperaturas en todos los países de América Latina.
“El objetivo es reducir las poblaciones de Aedes aegypti y de esa manera reducir también la probabilidad de que las personas se infecten de dengue, zika o chikungunya –detalla la también bióloga Marianela García Alba, investigadora del laboratorio-. Usamos una técnica que tiene muchas cosas a favor, porque es el mismo mosquito el que se controla a sí mismo. Así reducimos también la utilización de insecticidas, que son dañinos para el medio ambiente y para las poblaciones donde se aplican. Y sobre todo, se disminuiría la probabilidad de contraer estas tres enfermedades virales para las que no existe vacuna”.
El mosquito estéril
Por su parte, Mariana Terrada, jefa del departamento de aplicaciones agropecuarias de la CNEA, señala que esta técnica del insecto estéril «se usa para controlar plagas agropecuarias. Se la aplica para controlar la mosca de los frutos. Ya funciona en el campo. Y ahora lo estamos usando para controlar el dengue. Desde el 2016 que venimos trabajando en este proyecto».
Explica que «a partir de una cepa de estos mosquitos, que se crían en el laboratorio de manera masiva, se separan a los machos (los cuales no pican), de las hembras (que son las pican). Se los esteriliza a los machos con radiación gama y después se los libera en el campo. Y compiten con los machos salvajes. Los mosquitos estériles no dejan descendencia».
Los mosquitos machos son esterilizados con radiación gamma cuando se encuentran en estado de pupa madura, en la Planta de Irradiación Semi Industrial (PISI) del Centro Atómico Ezeiza.
“La irradiación tiene que realizarse en un momento concreto. Para ello, es necesario ‘sincronizar’ la cría para que todos los individuos estén en el estadio necesario al momento de la irradiación. Esto depende mucho del tipo de comida y de la temperatura, aspectos que podemos regular en el laboratorio”, comenta García Alba.
Liberación y control
Alba cuenta que ya se hecho una liberación en el marco de un ensayo en Ezeiza. «Se cría a los mosquitos, se los estilizara, los marcamos con un polvo fluorescente, se los libera y se los vuelve a capturar. Este ensayo nos permitió saber cuál es la capacidad de vuelo de estos mosquitos y cuál es su supervivencia en el campo. Sus cualidades son similares a los machos salvajes. Nos habla que los esterilizados se podrían comportar como los machos salvajes en el campo».
«Si todo sale bien se podría hacer liberaciones piloto a fin de año. Primero se hace en un sitio pequeño, por ejemplo seis manzanas, y después se va escalando. Después se va monitoreando semanalmente», cuenta la investigadora.
Explica que «el número de mosquitos estériles depende del área en que se liberan».
Pero remarca que para combatir la enfermedad «sigue siendo indispensable que toda la sociedad descarte el cacharreo y no deje que los mosquitos se reproduzcan. Este método es una aporte más. No es una técnica mágica».
Las enfermedades
El dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura del mosquito Aedes aegypti. Cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona infectada por el virus dengue, este se replica en el mosquito y luego, de 8 a 12 días, se vuelve infectivo, transmitiendo el virus a través de la picadura a otras personas.
Los síntomas comienzan por lo general entre 5 y 7 días después de haber adquirido la infección (pero puede ser entre 3 y 14 días). Los síntomas más comunes son fiebre (que dura generalmente de 3 a 5 días), dolor de cabeza intenso, dolores musculares y articulares, dolor detrás de los ojos, pérdida del apetito, diarrea y erupción.
La fiebre chikungunya es una enfermedad viral también transmitida por la picadura de mosquitos Aedes aegypti infectados. Los síntomas comienzan generalmente de 3 a 7 días después de la picadura.
El más común es una aparición repentina de fiebre mayor a 38°, a menudo acompañada de dolor en las articulaciones. Otros síntomas que pueden aparecer son dolores musculares, dolor de cabeza, náuseas, fatiga y erupción cutánea. El fuerte dolor en las articulaciones por lo general dura unos pocos días, pero puede llegar a persistir durante meses, afectando la recuperación total y el regreso a las actividades cotidianas.