La ciudad tomó la decisión ante la ocupación del 95% en los hospitales; “Es el momento de quedarse en casa”, dijo el alcalde
Río de Janeiro se verá distinta en los próximos días. La “ciudad maravillosa” decretó hoy la prohibición del uso de las playas y del baño de mar durante este fin de semana, en un intento por frenar la propagación del coronavirus en uno de los estados más afectados de Brasil.
El decreto fue publicado en el Diario Oficial del Municipio por Eduardo Paes, alcalde de la segunda ciudad más grande de Brasil.
A pesar del creciente número de infecciones y muertes en la ciudad, los residentes han acudido en masa a las playas, la mayoría sin tapabocas, especialmente los fines de semana soleados. El gobierno estatal las cerró el año pasado, pero la medida se levantó pronto.
“Las medidas se vuelven extraordinarias porque hemos llegado a alto riesgo. Sabemos que las playas no son un lugar de gran transmisión, pero necesitábamos mandar un mensaje a la población”, dijo Paes en una entrevista con GloboNews. “Hago un llamado a los cariocas: es el momento de quedarse en casa”, imploró.
La medida también establece el cese de entradas de pasajeros a la ciudad en ómnibus y combis, salvo los de los hoteles, con retenes en los principales accesos. Los “quiosques” -bares y cafés instalados en la costanera de las playas de Leme, Copacabana, Ipanema, Leblón y Barra de Tijuca- fueron autorizados a seguir funcionando, aunque se prohibió el estacionamiento en la rambla, excepto para residentes, personas mayores, personas con necesidades especiales, huéspedes de hoteles de la zona y taxis.
Río ya venía aplicado el toque de queda de 23 a 5 y permitiendo la circulación en playas, pero no la permanencia. Ahora tampoco se puede ingresar para practicar deportes sobre la arena.
Las actividades económicas no están suspendidas pero para no llenar el transporte público los horarios de entrada de los trabajadores se hizo en forma escalonada por rubro. Paes planifica anticipar feriados para reducir la actividad la semana que viene, algo decretado por San Pablo, la mayor ciudad del país, que adelantó cinco feriados (tres de 2022) para reducir al máximo la actividad económica del 26 de marzo al 5 de abril, incluyendo la Semana Santa.
Los hospitales de la red pública de Río de Janeiro alcanzaron el 95% de su capacidad ayer, ya que los ingresos de pacientes en las unidades de cuidados intensivos se dispararon en los últimos días.
El estado de Río de Janeiro, con 17 millones de habitantes, concentra 34.697 de las 287.499 muertes registradas en Brasil hasta el momento. Es el tercer estado con mayor número de muertes por cada 100.000 habitantes (201), por detrás de Amazonas (282) y Roraima (209), según datos del Ministerio de Salud. Al igual que todo Brasil, donde hay dos nuevas variantes de coronavirus, Río lleva adelante un lento programa de vacunación, que empezó en enero por el personal de salud y esta semana está inmunizando a los adultos de 75 años.
La medida fue tomada luego de que un joven de 22 años muriera en San Pablo luego de 40 horas de espera por una cama de terapia intensiva para enfermos de Covid-19.
Agencias AFP y Reuters