Antes de entregarle el martillo que simboliza la presidencia pro témpore del Mercosur a Lula da Silva, Alberto Fernández contestó las palabras de su pares, el paraguayo Mario Abdo y uruguayo Luis Lacalle Pou, que reclamaron que el Mercosur se involucrara para favorecer una solución democrática en Venezuela.
Los jefes de Estado de los socios menores del Mercosur, que también protestaron por las asimetrías dentro del bloque regional, se refirieron a la situación de María Corina Machado que pretendía competir en las próximas elecciones presidenciales de Venezuela pero fue inhabilitada por el régimen para ejercer cargos públicos por 15 años.
«Nosotros no hemos sido ajenos al tema que es Venezuela. La Argentina dejó el grupo de Lima, por entender que promovía una política de injerencia que no iba a resolver los problemas. La cantidad de exiliados que Venezuela hoy tiene son producto de las sanciones económicas. Lo que intentamos fue ser parte del grupo de contacto, para que Venezuela dialogue», expresó Fernández que hizo consideraciones políticas en su discurso, pero no se refirió a la situación en Venezuela.
El Presidente hizo un repaso por toda la evolución de la intervención de su administración por la crisis política en Venezuela y recordó que acompañó los reclamos por violaciones a los Derechos Humanos que denunció Michele Bachelet, una decisión que le valió críticas de sus aliados kirchneristas. «El problema de Venezuela lo tienen que resolver los venezolanos, a través del diálogo entre ellos, no los países metiéndonos en cuestiones internas», insistió el mandatario.
Fernández cuestionó la ausencia de otros países latinoamericanos en la mesa de diálogo. «El lugar de plantearlo es en la mesa del dialogo. Sería muy auspicioso que que se sumen todos los que desaparecieron de la mesa del diálogo. Está México, Colombia, Brasil y nosotros. Si queremos ayudarlos, sentémonos en esa mesa para que tengan la plenitud de sus derechos», en un claro mensaje para Lacalle Pou y Abdo.
Lula también se hizo cargo, aunque parcialmente. Señaló que era necesario involucrarse, aunque reconoció que no conocía de primera mano la situación de Corina Machado. Además, recordó que tras su diálogo con el Papa se comprometió a hablar con el mandatario nicaragüense Daniel Ortega, denunciado por violaciones de derechos humanos, por el avance del régimen de ese país contra la Iglesia.
«Cuando asoma un camino de salida, un itinerario de esperanza con la realización de unas elecciones con la oposición, vimos rápidamente apagada esa ilusión con la inhabilitación de María Corina Machado», sostuvo Abdo en la que será su última intervención.
Lacalle Pou celebró las palabras del presidente paraguayo. «El Mercosur tiene que dar una señal clara para que el pueblo venezolano se encamine a una democracia plena que hoy no tiene”, dijo.
El mandatario uruguayo, que también reclamó mayor autonomía para trazar tratados de libre comercio por fuera del Mercosur, instó al resto de los presidentes presente en el Hotel Meliá de Iguazú a tomar medidas más drásticas con Caracas. «Todos acá sabemos qué pensamos sobre el régimen venezolano. Hay que trata de ser objetivos. Está claro que Venezuela no va a salir a una democracia sana si cuando hay un viso de posibilidad de elecciones, a una candidata como María Corina Machado, que tiene un enorme potencial, se la descalifica por motivos políticos y no jurídicos”, expresó.
Lacalle Pou había criticado a fines de mayo la solución propuesta por Lula, después de reunirse con Maduro. «Me quedé sorprendido cuando se habló de lo que sucede en Venezuela es una narrativa«, sostuvo entonces.
Después del momento más tenso de la Cumbre, los presidentes se retiraron para hacer la foto de familia con las cataratas como telón de fondo y para un almuerzo. Uruguay no suscribió el documento final que sí firmaron el resto de los socios plenos. Un comunicado del Mercosur Político, en cambio, reunió las rúbricas de 4 socios plenos y el resto de los asociados.
En conferencia de prensa, antes de regresar a Buenos Aires, Fernández reiteró que buscará discutir la presunta proscripción de Machado en el grupo de contacto. «Esa discusión hay que llevarla a esa mesa de negociación, es lo que vamos a hacer. Nos interesa que el proceso democrático se afiance, que no quepan dudas sobre la transparencia electoral. Necesitamos que no haya proscripciones arbitrarias, que (el proceso electora) deje a todos tranquilos», insistió el jefe de Estado.
Fuente: Clarín