Un profesor de psicología alzó un vaso con agua en su mano frente a la clase. Los alumnos esperaban la típica pregunta que si el vaso estaba medio vacío o medio lleno. Sin embargo, la pregunta del maestro fue: ¿Cuánto pesa este vaso con agua?
Los alumnos mencionaban diferentes cantidades de peso, tratando de adivinarlo.
El profesor continuó: Yo creo que el peso absoluto no importa. Todo depende de cuánto tiempo lo sostenga en mi mano. Si lo levanto por uno o dos minutos, el vaso es bastante liviano. Si lo sostengo por una hora lo sentiré más pesado y hará que mi brazo duela un poco. Si lo levanto durante todo un día, hará que mi brazo se entumezca y se paralice al punto que me sentiré obligado a soltar el vaso.
Los problemas y las preocupaciones son como el vaso con agua. Su peso depende de cuánto tiempo los sostengas. Si piensas un poco en ellos probablemente sentirás que puedes manejarlos. Si piensas más, sentirás que te duele un poco. Pero si los sostienes todo el día dando vueltas en tu cabeza, pueden llegar a paralizarte y te causarán mucho daño, si no los sueltas.
Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar.
Mateo 11:28
Es inevitable que sucedan cosas en tu vida que te preocupen, pero es importante que aprendas a confiar en Dios y dejar que él te ayude y puedas así, tener tranquilidad.
Si tienes un problema que sabes que puedes solucionar, ¿por qué te preocupas? después de todo lo solucionarás. Y si tienes un problema que sabes que no puedes solventar, ¿por qué te preocupas? solo empeorarás la situación.
Aprende a confiar en el Dios de lo imposible. Deja que él tome tus cargas, tus problemas y preocupaciones y sentirás la paz y la tranquilidad que él te puede dar.
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