Hemos hecho un Dios a nuestra imagen
Ah que linda tu cultura de cancelación
Mirando el mundo a través de tu cosmovisión
Hemos creado un Dios customizado
Con “d” minúscula despersonalizado
Hemos hecho un Dios a nuestra imagen
dIOS (Kim Richards, Indiomar, redimi2)
Ésta semana fue maravillosa
Adelgace 20 kilos.
Y Boca salió campeón jugando muy bien al futbol.
La palabra auto engaño hace referencia a los fenómenos relacionados con mentirse a uno mismo. Se trata de una de las grandes trampas de la mente. El auto engaño se da en aquellas situaciones en las que nos convencemos a nosotros mismos de una realidad que es falsa, pero lo hacemos de manera inconsciente.
La diferencia entre mentira y auto engaño se encuentra en que, en la mentira, la persona es consciente de que no está diciendo la verdad. Mientras que en el auto engaño se acepta como verdad una realidad que es falsa sin ser consciente de ello.
Cuantas veces queremos adaptar a Dios a nuestra medida, a nuestra realidad a nuestra forma de pensar, y a lo que dice la Biblia a nuestra manera de pensar.
¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; ¡que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos! Isaías 5:20-21
En nuestras mentes podemos pensar y llamar bueno a lo que realmente no lo es, y como armamos nuestra propia visión, nuestro propio universo cambiamos el sabor de las cosas, la bondad por la maldad, la luz por las tinieblas, y lo hacemos para justificarnos a nosotros mismos.
En el libro de Apocalipsis, Dios advierte a la iglesia de Sardis que, aunque nosotros nos creamos nuestro propio engaño, Él sabe la verdad, Él nos conoce, que, aunque nos coloquemos un nombre de que estamos vivos, el sabe que no es así. Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.
Tamizamos la realidad, por nuestro propio sentido común, y no por lo que nos enseña la palabra, la escuchamos, todos los domingos, la escuchamos por distintas plataformas durante la semana, pero la aplicamos según las nos convenga.
Somos como decía Santiago en su carta, Oidores y no hacedores, engañándonos a nosotros mismos.
No solo escuchen la palabra de Dios; tienen que ponerla en práctica. De lo contrario, solamente se engañan a sí mismos. Santiago 1:22
Y dejamos de engañarnos a nosotros mismos cuando más nos acercamos a su palabra, pero no solo para escucharla sino para ponerla por obras.
Les he puesto el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes. Les aseguro que ningún siervo es más que su amo y ningún mensajero es más que el que lo envió. ¿Entienden esto? Dichosos serán si lo ponen en práctica. Juan 13:15-17.
Cuando imitamos las acciones de Jesús, cuando obedecemos sus enseñanzas dejamos de engañarnos a nosotros mismos.
Cuando recibimos el reino de los Cielos con la Fe de un niño dejamos de engañarnos a nosotros mismos.
“En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños” (Mateo 11:25).
Cuando construimos nuestra casa, sobre la Roca que es Cristo, dejamos de engañarnos.
“Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca” (Lucas 6:47-48).