El cambio climático y los efectos en Argentina
Efemerides

El cambio climático y los efectos en Argentina

El 24 de octubre se conmemora el Día Mundial contra el Cambio Climático, una fecha que busca concienciar a la población sobre la urgencia de tomar medidas para frenar el calentamiento global y sus consecuencias. El cambio climático es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la humanidad, ya que afecta a todos los aspectos de la vida en el planeta: la biodiversidad, la seguridad alimentaria, la salud, la economía, entre otros. Por ese motivo, es necesario que todos los actores sociales, desde los gobiernos hasta los ciudadanos, se comprometan con la protección del medio ambiente y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Los efectos del cambio climático

  • Aumento de la temperatura global: Esto provoca fenómenos como olas de calor más intensas y prolongadas.
  • Cambio en los patrones de precipitación: Puede haber sequías más prolongadas en algunas áreas y lluvias más intensas en otras.
  • Deshielo de glaciares y casquetes polares: Esto contribuye al aumento del nivel del mar.
  • Aumento del nivel del mar: Puede llevar a la inundación de áreas costeras y la salinización de acuíferos.
  • Impacto en la biodiversidad: Cambios en los ecosistemas y la distribución de especies.
  • Alteración de los patrones migratorios y comportamientos de especies: Algunos animales y plantas pueden verse afectados en su búsqueda de hábitats adecuados.
  • Impacto en la agricultura y la disponibilidad de alimentos: Cambios en los patrones de cultivo y la disponibilidad de agua.
  • Amenaza para la salud humana: El cambio climático puede afectar la propagación de enfermedades transmitidas por vectores y empeorar ciertas condiciones de salud.

El calentamiento global y sus consecuencias en Argentina

El gas de «efecto invernadero» provoca aludes, inundaciones y sequías en el país con un aumento de 0,5°C de temperatura. Cuáles serán los costos de la transformación energética y tecnológica para detener el calentamiento global.

En el suroeste de la provincia de Buenos Aires el viento vuela los suelos, se pierden centímetros de tierra productiva que vuela hacia el mar. El capital natural se degrada. En el Chaco paraguayo, según un informe de la Asociación Guyra Paraguay, se deforestó 36.355 hectáreas de bosques sólo en el mes de enero de 2015. Paraguay registró el mayor porcentaje, con 52 % de áreas de desmonte, Argentina el  34 % y Bolivia, el 14 %. Argentina deforestó 400 hectáreas por día. A ese ritmo, en menos de dos meses se deforesta una superficie de bosques equivalente a la de la ciudad de Buenos Aires (20.000 ha.).

Se pierde el bosque nativo -que se reemplaza por cultivos de tipo industrial-; se pierde la calidad del suelo -e impide la absorción de las lluvias-, aumenta el caudal del río Paraná, -que impacta en la logística agrícola a la vera del río-. No se trata de un fenómeno focalizado en el Chaco-Paraguayo: se calcula que el 47% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEIs) de América Latina y el Caribe son producto de la deforestación.

En la zona de Cuyo, la falta de nieve en las cumbres -se perdió el 50% del caudal hídrico en el último medio siglo- la falta de agua impacta en la vitivinicultura y la agricultura. Se lo denomina “stress hídrico”. Como sucede en la región del Comahue (provincias de Neuquén y Río Negro) en la que los ríos también perdieron caudal, en promedio, y es escasa para las represas hidroeléctricas y para el riego, sobre todo en verano, cuando más se la necesita.

Aludes, inundaciones, sequías, deshielos, sudestada… “Tomorrowland” llegó al país en forma lenta y continua, desde hace muchos años.

Según el último estudio de la Dirección de Cambio Climático (año 2000) la “contribución” argentina en la emisión de GEIs es del 0,84%, que sitúa al país, por volumen, en el puesto 25 a nivel mundial y en el 53 en las emisiones per capita. En América Latina, Argentina está tercera, después de México y Brasil.

Para los próximos treinta años, Vicente Barros, miembro del grupo intergubernamental de expertos en cambio climático (IPCC) no prevé “amenazas muy importantes” en las actividades productivas, pero marca dos items, entre los más graves, que están ocurriendo y se intensificarán a lo largo del siglo.

Más precipitaciones intensas con secuela de inundaciones, daños y hasta muertes en ambientes urbanos. Olas de calor, como la de verano 2013-14 en Buenos Aires y otras ciudades, con secuela de muertes, que se van a hacer más frecuentes e intensas.