Donald Trump deja el poder en su nivel más bajo de popularidad. En el final de su mandato, el presidente vivió una serie de escándalos que incluyeron pedidos a funcionarios para que lo ayudaran a impugnar las elecciones que le dieron la victoria al demócrata Joe Biden y un discurso fervoroso para defender el país que, según los legisladores, fue la mecha que encendió la violencia desatada el 6 de enero en el Congreso, cuando cientos de fanáticos suyos irrumpieron en el recinto de forma violenta, en un asalto que dejó cinco muertos, el motivo de su segundo juicio político. En este contexto de caos, el republicano se fue de la Casa Blanca hacia su casa de la Florida antes de dejar el poder.
Tras una breve ceremonia en la base militar Andrews, en las afueras de Washington, Trump abordará por última vez el Air Force One para ir a su club de golf Mar-a-Lago, en Palm Beach, donde comenzará su vida de expresidente. Así, a sus 74 años, el exmagnate se convertirá en el primer presidente saliente desde Andrew Johnson en 1869 que no asiste a la ceremonia del Día de Investidura, evento que marca la transferencia formal del poder.
Trump y su esposa, Melania, partieron del jardín sur en el helicóptero Marine One hacia la base conjunta Andrews en los suburbios de Maryland, donde presidirá una despedida de estilo militar antes de abordar el Air Force One. Dado el horario de arribo estimado a Mar-a-Lago, se espera que el republicano esté en el interior del complejo antes de que su mandato expire al mediodía.
Expulsado de Twitter, su canal de comunicación favorito en sus años de gestión, y de varias redes sociales más luego del ataque al Capitolio el 6 de enero, Trump usó un método de la vieja escuela para dar uno de sus últimos mensajes: un comunicado de prensa enviado por correo electrónico ayer en el que distribuyó un video de despedida.
«Ahora más que nunca, debemos unirnos en torno a nuestros valores compartidos y superar el rencor partidista y forjar nuestro destino común», dijo sin mencionar a Biden, cuya victoria no reconoció formalmente.
Su futuro
Trump es el único presidente de la historia del país que fue objeto de dos impeachments. Pese a que ya no estará en el poder, el Senado debe llevar a cabo un juicio político aprobado en la Cámara de Representantes por acusaciones de que incitó a una insurrección. Su resultado podría determinar si será descalificado para postularse nuevamente para presidente.
Pero no será este el único desafío que tendrá por delante. Exmagnate inmobiliario que posee 17 resorts de golf en todo el mundo, deberá enfrentar la tarea de reconstruir una marca que se vio golpeada por su presidencia. De acuerdo con lo publicado por el diario The New York Times, muchos de sus complejos turísticos perdieron millones de dólares en estos años y contrajeron grandes deudas.
Además Trump deberá decidir cómo mantenerse involucrado en la política, algo que sin dar detalles afirmó que iba a hacer. En un momento habló de utilizar un comité de acción política para apoyar a los candidatos que intentan expulsar a los republicanos que él cree que lo enfrentaron políticamente. Pero aún está por verse si podrá mantener su peso en el partido.
«Trump va a ser un presidente asterisco, un miembro de un período que hizo más daño que bien», dijo el historiador presidencial Douglas Brinkley. Por su parte, su colega Michael Beschloss aseguró: «En un futuro no muy lejano los candidatos políticos estadounidenses estarán más motivados para demostrar que son diferentes a Trump de lo que estuvieron los candidatos después de 1974 para demostrar que eran diferentes a (Richard) Nixon», quien renunció en 1974 por el escándalo de Watergate.
Fuente: La Nación