Se trata de una estructura preventiva que se arraigó en los barrios y que se extendió a las zonas rurales, donde los vecinos son partícipes de la agenda de seguridad desarrollada por la Policía, trabajando acorde a las necesidades reales de cada sector poblacional.
Son 115 foros vecinales que ya son parte de una mesa de trabajo, donde conjuntamente se ahondan criterios comunes para una red de seguridad que sea efectiva, dinámica y ágil, tanto para detectar una problemática como para contrarrestar acciones que perjudiquen a los habitantes, sea en la convivencia normal como en lo referente a cuestiones ligadas a la seguridad.
Por lo que desde el Ministerio de gobierno, a través de la Dirección General de Seguridad Ciudadana y Política Criminal junto a la Dirección Policía Comunitaria, se han creado redes de trabajo, que en el caso de la capital provincial se han acercado a la institución más de 20 representantes que corresponden a las jurisdicciones de cada comisaría, mientras que en el interior se ha logrado que cada dependencia cuente con referentes barriales que conformen estos foros y también los denominados foros rurales.
Estos acercamientos entre la Policía con la población misionera son encabezadas por el Jefe de Policía Carlos Miguel Merlo y el Sub Jefe Víctor Eduardo Maj, quienes acompañan constantemente a los vecinos en las reuniones con la finalidad de llevar una respuesta inmediata ante la necesidad de la comunidad.
El compromiso de la fuerza, a través de respuestas a los planteos y sugerencias, que son evaluadas criteriosamente, tienen resultados positivos, ya que se lograron la disminución de muchos tipos de ilícitos, desbaratamiento de puntos de ventas de estupefacientes o bien la detención de dealers, y en el caso de los delitos contra la propiedad, se logró el compromiso de que las víctimas radicaran las denuncias, elemento esencial tanto para determinar áreas a implementar operativos acordes a la modalidad, cómo también para poner a disposición de la justicia a quienes los cometen.
Otro punto importante es que el residente del lugar tiene una comunicación directa con el responsable de brindarle seguridad, conformando una policía de cercanía, tomando la sugerencia en primera persona y programar las acciones preventivas a implementar.
Las problemáticas más comunes, que se acentúan primordialmente en lo referente a la convivencia, disturbios, ingesta de bebidas, el no respeto por las normas de convivencia, son las de mayor demanda, por lo que se trabaja en tres sentidos, en detectar, dar intervención a la justicia y a la vez que el damnificado tenga una respuesta rápida y eficaz a su demanda, haciendo que no se repitan esas situaciones de malestar y que vayan en descenso.
Además, se cuenta con un conjunto de programas preventivos institucionales, cómo ser escuela segura, que es un abordaje a distintas problemáticas que puedan plantearse desde el seno familiar y tengan repercusión a nivel social, cómo ser el consumo de estupefacientes que derivan en hechos de inseguridad, el bullying, grooming, delitos contra la integridad sexual y todo aquello que sea de interés para las instituciones escolares, y es información preventiva que luego se replica en el hogar y en el barrio.
En tanto a la prevención, se ha logrado que los operativos se lleven a cabo acorde a las necesidades de los residentes, teniendo en cuenta las zonas a desarrollarse, los horarios a ejecutarse, el tipo de patrullamiento a implementar, con puntos fijos, controles viales, recorridas en vehículos o a pie, como también la utilización de tecnología para mejores resultados, como ser el uso de las cámaras de seguridad del 911, que son un apoyo tanto logístico como de detección en tiempo real de lo que ocurre en cada localidad de la provincia.