La crisis económica que atraviesa el país tiene un impacto negativo en la salud mental de la población, según se refleja en el aumento de las consultas psicológicas. Los síntomas más frecuentes son la irritabilidad, la ansiedad y la desesperanza, que se asocian a la dificultad para cubrir las necesidades básicas y a la incertidumbre sobre el futuro.
En diálogo con Eldópolis, la Licenciada en Psicología, Guadalupe Cuba, explicó que esta problemática afecta a personas de todas las edades, pero especialmente a los adultos mayores y a los jóvenes que buscan emigrar “Lo primero que hay que realizar es trabajar la resiliencia, es decir, la capacidad de adaptarse y superar las adversidades, así como establecer objetivos y planes concretos para mejorar la economía familiar” precisó.
Además, advirtió sobre las consecuencias biológicas y psicológicas de esta situación, como la hipertensión, el estrés, la depresión y los pensamientos suicidas, las alteraciones del sueño y el sistema inmunológico debilitado, y sugierió ocuparse del problema sin ignorarlo ni entrar en pánico.
Estos efectos se ven agravados por las condiciones laborales precarias, que pueden provocar el síndrome de Burnout o desgaste profesional, caracterizado por el agotamiento emocional, la despersonalización y la baja realización personal. De esta manera, la profesional recomienda que ante este panorama “se hace necesario implementar medidas que fomenten la resiliencia, el apoyo social y el autocuidado de los trabajadores y la población en general, así como brindar atención psicológica especializada a quienes lo requieran”.