Algunas veces la inexperiencia produce nuestra caída. Algunas veces la falta de preparación es el problema. O tal vez, sea el exceso de confianza. Una cosa es cierta: cualquiera sea el motivo de la caída todos en alguna oportunidad tambaleamos y nos vamos abajo.
El fracaso no es la caída. El fracaso está en permitir que nuestra caída nos deje tirados y controle nuestras vidas.
Alguien dijo alguna vez, siempre me verás de dos maneras: avanzando, o leventándome! No conozco otro camino. Por eso es muy bueno recordar lo que Dios nos dice a nosotros:
«Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas».Josué 1:9