«La pandemia vial» por Ramiro López
Columna

«La pandemia vial» por Ramiro López

En estos meses se hizo famoso el término pandemia, se habla por horas en radios y televisión del tema, los grupos de whatsapp explotan de cadenas de mensajes de, como mínimo, dudosa procedencia, las opiniones se dividen, se dicen mentiras y se sobreestima o subestima el tema de turno.


Pero hay otra pandemia de la que nadie habla, una que mata más personas de 15 a 29 años que cualquier otra cosa, una que en Argentina deja más de 15 muertos por día. Una pandemia que, si empezamos a pensar, nos toca a todos y cada uno.


Esa pandemia es la del tránsito, si pensamos o preguntamos en nuestras familias, tenemos un tío, hermano o amigo que tuvo un “accidente” de tránsito. No tengo miedo de decir que todos tenemos una persona más o menos cercana que tuvo una lesión muy grave o murió en una calle o ruta del país.


Los últimos datos del país son del año 2018 y ahí podemos ver que hubo 5493 muertos, 15 por día más o menos, pero bueno, dicho así es como… nada… un numerito que están leyendo en un medio digital un día y que mañana se olvidará usted señor lector, pero déjeme que le de un par de números para que compare:
La tragedia de Once ocurrió más de 100 veces en las rutas del país.
El incendio de Cromañón se repitió más de 8 veces en las calles.
Como último ejemplo hablaré del atentado a la AMIA se repitió más de 60 veces.


Y yo quisiera que me diga usted, señor lector, ¿por qué las vidas de esas personas le impresionan menos? ¿Por qué sabe que ocurrió la tragedia de Once y no que en nuestra provincia mueren más de 250 personas por año? ¿Por qué La vida de esas personas valen menos? Tengo una idea de cuál puede ser la respuesta a la última pregunta, no salieron todos los canales de televisión, las radios y los diarios a hablar del tema, no vimos cientos de personas indignadas con el tema.


¡Pero hay una ventaja en el tema! Somos nosotros los que podemos eliminar esa pandemia, todos los días tenemos la chance de hacerlo. Sí señor lector, en sus manos está la chance.