A los 93 años murió este sábado en una clínica de Merlo, Miguel Osvaldo Etchecolatz, responsable de la desaparición y muerte de cientos de personas durante la última dictadura cívica y militar.
Fue la mano derecha del general de brigada Ramón Camps y exjefe de la Policía bonaerense durante la última dictadura. Tenía nueve condenas por delitos de lesa humanidad.
Fue condenado a prisión perpetua en reiteradas ocasiones, por diversos crímenes de lesa humanidad, mediante sentencias dictadas en 1986, 2004, 2006, 2014, 2016, 2018, 2020 y 2021, que fueron unificadas en una pena única de reclusión perpetua.
Entre los crímenes por los que fue condenado se encuentran el secuestro y asesinato de un grupo de adolescentes conocido como la Noche de los Lápices, la apropiación de menores y la desaparición de Jorge Julio López.
Fue beneficiado por la aplicación de la Ley Obediencia Debida, pero en 2006 cuando fueron anuladas las leyes de impunidad, volvió a ser juzgado en las causas que habían sido cerradas. Se lo ha vinculado también a la segunda desaparición de Jorge Julio López, testigo en uno de los juicios en su contra. En 2014, Etchecolatz fue fotografiado con un papel manuscrito en sus manos que decía «Jorge Julio López Secuestrar»
Desde finales de diciembre de 2017, Etchecolatz residía en una casa de Bosque Peralta Ramos en Mar del Plata. Los jueces del TOF-6 le concedieron esta medida por su avanzada edad y por el deterioro en su estado de salud.
La prisión domiciliaria fue repudiada por la propia hija de Etchecolatz, quien en una comunicación firmada por los hijos de otros genocidas, repudiaron la decisión. «Esos genocidas, que son o que fueron nuestros padres, están volviendo a sus casas, a nuestros barrios, beneficiados por jueces sin escrúpulos, de esos que perdieron la conciencia y la memoria o que nunca la tuvieron».