En el cuento titulado La capital del mundo, el novelista Ernest Hemingway, relata la llegada de un padre a Madrid después de una larga ausencia y con ansias de volver a encontrase con su hijo escribió un aviso en el diario mas importante de la ciudad:
«Paco todo está perdonado nos vemos en el Hotel Montana, el martes al mediodía».
Grande fue la sorpresa de este padre al llegar al hotel ese martes al mediodía, al encontrarse con más de 800 jóvenes llamados Paco, buscado a ese padre que ofrecía su perdón.
Todos buscamos el perdón, y tenemos un Dios que es como ese padre, avisándonos, dando a conocer que todo ya ha sido perdonado.
En la Biblia, en el libro de Miqueas, el profeta nos enseña que Dios encuentra deleite en perdonarnos, en mostrarnos su amor inagotable.
¿Dónde hay otro Dios como tú, que perdona la culpa del remanente y pasa por alto los pecados de su preciado pueblo?
No seguirás enojado con tu pueblo para siempre, porque tú te deleitas en mostrar tu amor inagotable.Volverás a tener compasión de nosotros. ¡Aplastarás nuestros pecados bajo tus pies
y los arrojarás a las profundidades del océano!
Pero cuando entendemos que Dios nos perdonó a nosotros, debemos hacer lo mismo con aquellos que nos han herido, con aquellos que nos han ofendido.
En el Evangelio de Marcos, se relata que Jesús hablando con sus discípulos, les decía que todo lo que uno pide a Dios en oración, creyendo, lo recibiremos siempre y cuando hayamos perdonado a nuestros enemigos, para que Dios nos perdone a nosotros.
Les digo, ustedes pueden orar por cualquier cosa y si creen que la han recibido, será suya.
Cuando estén orando, primero perdonen a todo aquel contra quien guarden rencor, para que su Padre que está en el cielo también les perdone a ustedes sus pecados.
El Perdón es recíproco, debemos perdonar para que Dios nos perdone, y perdonamos porque Dios nos perdonó primero.
En la película KUNG FU PANDA 2, la cabra que tiene visiones del futuro le dice al protagonista Po, tu historia puede tener un comienzo triste, pero eso no define quien sos.
Puede ser que nos hayan lastimado, pero no podemos permitir que ese dolor nos gobierne.
En Cristo Jesús todas las cosas son hechas nuevas.
“Perdonar es liberar a un prisionero y descubrir… que el prisionero eras tú” Lewis B. Smedes