Parálisis del sueño: un trastorno que genera terror y es cada vez más frecuente
SALUD

Parálisis del sueño: un trastorno que genera terror y es cada vez más frecuente

Terror, angustia y desesperación son algunas de las sensaciones que experimentan quienes atraviesan «parálisis del sueño», un periodo transitorio entre que la persona está despierta y dormida, puede abrir los ojos pero no puede moverse que es cada vez más frecuente. Especialistas en psicología y neurología advirtieron que el único tratamiento posible es lograr hábitos saludables para descansar.

En el país hay líneas de investigación sobre este trastorno del sueño que a juzgar por el relato de quienes lo padecen tiene una arista esotérica; por ejemplo, algunos dicen ver una sombra oscura reposando arriba del pecho. Asimismo, los neurólogos reconocen que es un motivo constante de consulta y una vez confirmado el diagnóstico encaran una serie de recomendaciones, dado que no hay mayor tratamiento terapéutico que lograr la “higiene del sueño”.

«La parálisis del sueño es un período de inmovilidad transitoria, que puede ocurrir cuando nos estamos despertando o cuando nos estamos quedando dormidos. Hay que hacer hincapié en que esto es transitorio. Uno de los miedos principales que tienen las personas que tienen parálisis de sueño es cuánto tiempo va a durar o qué va a pasar después», señala en diálogo con Télam-Confiar, la psicóloga, Nerea Herrero, quien actualmente realiza su doctorado en el Laboratorio de Sueño y Memoria del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA).

Herrero es parte del equipo de investigación del ITBA que tiene como objeto de estudio las características de las parálisis de sueño y las experiencias fuera del cuerpo (OBE por sus siglas en inglés, out-of-body experience) en quienes sufren este trastorno de forma recurrente. El trabajo, del que participaron 329 personas, fue publicado en la revista The Journal of Sleep Research.

«La parálisis de sueño es bastante frecuente, al menos un 8% de la población lo sufre de forma recurrente; también hay personas que pueden tener un episodio en algún momento de su vida y después continuar normalmente, es decir, no significa que por tener parálisis del sueño una vez uno vaya a tenerlas muchas veces más. Sólo se considera un trastorno de sueño cuando es recurrente y perturbadora», aclara la psicóloga egresada de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y doctorando de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (Unicen).

Por su parte, el médico Christian Bortoluzzi, delegado en Misiones de la Sociedad Argentina de Neurología, asevera que a este trastorno «lo asocian con un desorden psiquiátrico, pero no lo es»: «Lo padecen preferentemente personas que tienen factores disruptores o mala higiene de sueño. En general aparecen de forma periódica en los pacientes que tienen ansiedad, estrés, trastorno bipolar, depresión, o un estrés postraumático; pero también le puede pasar a una persona sin ningún trastorno, una persona completamente sana, pero está ahí algún factor disruptor en su sueño o está llevando una mala calidad del sueño», detalla.

El investigador explica que «en el sueño tenemos varios estadios, cuatro principalmente: estado 1 y 2, el sueño, que es el sueño más superficial; el estadio 3, que es el sueño profundo, y el 4, que es el estadio REM (Movimiento Ocular Rápido), que es donde tenemos principalmente la actividad onírica, que es la actividad de los sueños».

«En el sueño REM -continúa- tenemos diferentes neurotransmisores que nos ayudan a bloquear los movimientos del cuerpo a través de neurotransmisores inhibitorios del tronco cerebral ¿Qué permite eso? Que no estemos paseando, que no nos estemos moviendo, que no estemos hablando, justamente para no lastimarnos o para no lastimar a la persona que duerme con nosotros».

El especialista señala que «en la parálisis del sueño la actividad onírica se sigue formando, pero el individuo experimenta un disbalance entre el sueño y la vigilia»

«Es decir, -continúa-  la persona se despierta, pero sigue con la parálisis de los músculos de todo el cuerpo. Entonces aunque puede abrir los ojos el paciente no es capaz de admitir ningún tipo de sonido ni ningún músculo; es una sensación de angustia y de temor. Las personas suelen tener alucinaciones auditivas y visuales».

En ese sentido, la licenciada Herrero aporta: «Esta fase de sueño REM puede durar entre 3 a 5 minutos, pero puede pasar que una persona tenga una parálisis de sueño en su período REM y después automáticamente tenga otro período de REM; entonces esa situación desagradable se puede extender hasta quince minutos como máximo».

«No todos los casos lo experimentan igual, pero en muchos las personas pueden tener distintos tipos de percepciones. Pueden percibir sensaciones táctiles, es decir, sentir que los tocan, que los pellizcan, que los aprietan, pueden sentir entumecimiento en algunas partes del cuerpo; a veces puede pasar también que sienten presión en el pecho dificultad para respirar. La persona no puede mover absolutamente ninguna parte del cuerpo y siente que hay algo que lo está aplastando o algo que está encima. A veces eso puede tomar forma y pueden ver sombras, es una situación bastante desagradable para quien lo padece», manifiesta.

Y añade: «Es bueno llevarle tranquilidad a las personas de que es una situación que en algún momento se va a terminar. Ante la parálisis de sueño, lo que la mayoría intenta hacer automáticamente es moverse, levantarse de la cama, cortar ese estado que es tan desagradable y en realidad la mejor opción actualmente es tratar de relajarse, tratar de controlar la respiración y mantener la calma hasta que la parálisis termine», reflexiona la investigadora.

Consultada puntualmente sobre la investigación que llevan adelante desde el ITBA, de la cual se obtuvieron los resultados básicamente del testimonio de quienes experimentaron la parálisis, comenta «diseñamos una escala online en la cual le preguntábamos a las personas algún relato para poder corroborar que efectivamente había sufrido una parálisis del sueño; luego les preguntábamos por ejemplo, qué tipo de emociones tenían durante sus episodios. Hay gente que puede sentir terror; una sensación de muerte».

Parte del relevamiento de datos que contempla el estudio en curso es convocar a pacientes que se acerquen al laboratorio, duerman allí y entonces, registrar los episodios. «El movimiento de ojos es una forma de marcar el inicio de un episodio», señala.

Respecto a si existe tratamiento farmacológico para lidiar con esta parálisis, Bortoluzzi reconoce que si bien no hay una medicación precisa, «los neurólogos usamos algunos tipos de melatonina, para que el paciente experimente un sueño más profundo; no hay estudios que avalen esto en la parálisis del sueño, pero sí vemos que dándole algunas pautas de higiene y melatonina suelen mejorar».

La clave está en la llamada «higiene del sueño», lo cual no es otra cosa que un compilado de hábitos: «Consiste en determinadas pautas a seguir para tener un sueño más saludable – acota Herrero-, esto es, mantener una rutina a la hora de dormir, oscurecer bien la habitación, no estar tan pegado a las pantallas, no consumir café ni mates cerca a la hora de acostarse, no cenar tan pesado y evitar dormir boca arriba».

«Hay manuales del tratamiento de psicoterapia para la parálisis de sueño que apuntan a primero a enseñarle a la persona de qué se trata; principalmente para que entiendan que se trata de un estado de sueño. Después se trabaja en estrategias para sobrellevar los episodios de la mejor manera posible, usando técnicas de relajación que se ensayan previamente en sesión».
Herrero hizo hincapié en la calidad del sueño más que en la cantidad de horas que debe dormir una persona y en esa línea sugirió que, en el caso de dormir siesta, no debe ser superior a 30 minutos.

 

Fuente: Télam