José Rabadan Pardo fue conocido en España a comienzo de este siglo como el asesino de Catana, después de haber asesinado a toda su familia con una espada japonesa. En la cárcel alguien le habló de Jesús ahora José ya cumplió su condena y pudo formar su propia familia.
Norma McCorvey en el año 1972 fue la promotora del derecho al aborto en los EEUU su causa llegó hasta la corte suprema de justicia. Después de cruzase con activistas en contra del aborto y tomar un café con uno de ellos, se transformó en una de las mayores defensoras de las dos vidas. Afirmando que la industria del aborto está basada en una mentira.
John Newton fue uno de los principales traficantes de esclavos de su tiempo, comerciaba con seres humanos. Posteriormente abandonó el comercio entregó su vida a Cristo, fue abolicionista, pastor y autor de himnos que se cantan hasta nuestros días entre ellos SUBLIME GRACIA.
Todos ellos tienen un punto en común, se encontraron con Jesús, y cambiaron sus vidas, para siempre.
En la Biblia encontramos el caso de Pablo quien era perseguidor de la iglesia, metía en la cárcel a los que seguían el nombre de Jesús, pero se encontró con el Salvador, y se hizo siervo del Dios altísimo.
A veces con nuestros prejuicios queremos ser nosotros quienes decidan quienes pueden alcanzar la salvación, queremos como Jonás que Dios destruya Nínive, y no que la ciudad sea salva. Cuantas veces habremos dicho: ese no merece perdón de Dios.
Ananías le dijo a Jesús: como puede ser que Pablo sea un instrumento escogido, escuché cosas terribles de él…sin embargo deja de lado ese prejuicio obedece a Dios y ora por Saulo.
Hay lugar al pie de la cruz, más allá de tu pasado, más allá de lo que pudiste haber hecho, hay un Dios que está dispuesto a perdonarte, aunque el daño ya esté hecho. Él te ama, sabe lo que hiciste, e igual te ama, Él nos conoce e igual nos sigue amando y nos sigue perdonando.
Para Dios toda vida vale, la Biblia dice en Juan 3:16 que Dios amo tanto al MUNDO que ha dado a su único hijo para que TODO aquel que en Él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.
La Gracias de Dios está disponible para todos, para cualquiera, pero, aunque sea para todos, es para vos de manera particular. Jesús amaba las multitudes, paro se detuvo a hablar con la mujer samaritana, cruzó el lago para encontrase con el endemoniado gadareno, recorrió la ciudad llena de gente, pero fijó sus ojos en Zaqueo.
El profeta Isaías proclamaba:
Vuelvan a mí y sean salvos…
La mano del Señor no se ha cortado para salvar…
Todos somos pecadores porque eso también nos enseña la Biblia, pero la mano del Señor no se ha cortado para salvarnos, tenemos que volvernos a Él para alcanzar el perdón.
La salvación, la gracias de Dios esta disponible para todos y para cada uno, solo tienes que volver a poner los ojos en Jesús el autor y el consumador de nuestra fe y en su cruz llena de amor y perdón.