Aunque parece imposible de erradicar en una economía con alto nivel de informalidad como la Argentina, la inflación puede estar siendo de ayuda para limitar el uso de efectivo. Moverse con muchos billetes para hacer operaciones de todos los días como cargar combustible para el auto, pagar el supermercado, la cuota de los colegios y hasta la cuenta en un bar se vuelve bastante incómodo y le abren paso a unos cada vez más instalados medios de pagos digitales.
Indicios de este cambio de tendencia hay muchos. Pero quizás el último informe de Prisma Medios de Pagos, la compañía que está detrás de buena parte de los consumos con tarjetas y medios digitales del país, pueda presentar algunos de los más relevantes. Lo que ya había ocurrido con la pandemia, que permitió un «boom» en la digitalización de los pagos se ha convertido en una tendencia que se consolida a la par que la espiralización de los precios aumenta.
El reporte, que analiza los movimientos en el primer trimestre del año, muestra un mayor uso de plásticos, tanto de crédito como de débito y una caída en la cantidad de extracciones de dinero en efectivo, ya sea en los cajeros automáticos de los bancos, como en las cajas de los principales comercios, como supermercados o cadenas de farmacias.
“Las tarjetas continúan ganando terreno al efectivo. Se da un crecimiento interanual de las operaciones con tarjeta de crédito del 22,44% y del 6,27% con tarjeta de débito”, comentó Julián Ballarino, Head de Relaciones Institucionales de Prisma Medios de Pago. Al mismo tiempo, Ballarino encontró una particularidad: las tarjetas de débito comenzaron a usarse más como medio de pago en distintos comercios que como una «llave» para extraer dinero de los bancos.
El reporte muestra que las extracciones por cajero cayeron, en cantidad, casi un 10% desde el primer trimestre del año pasado e incluso son menores de lo registrado en el último trimestre de 2022. Al mismo tiempo, aumentó la cantidad de operaciones de retiro de dinero en los comercios, una actividad que se vuelve cada vez más común y más «cómoda» que el paso por las terminales de cajeros en los bancos.
Por último, trepó más de 6% las veces que se usaron las tarjetas de débito para pagar compras. Consultado al respecto de estos cambios de tendencia, el economista de Epyca Consultora, Martín Kalos, señaló: «La digitalización de los medios de pago es una tendencia creciente durante la pandemia, lo que se refleja en la disminución relativa del uso de cajeros automáticos para obtener efectivo, y en un aumento en la proporción de transacciones realizadas en locales».
Otro de los impactos de la suba de los precios es la preferencia por los argentinos en financiarse de corto plazo. Las compras con plásticos hechas en un pago representaron poco más del 57% del total de las operaciones, lo que implica una leve caída de lo que se veía un año atrás. Al mismo tiempo, las compras con planes de cuotas «bancarios» crecieron más de 4%, mientras que las de los planes Ahora se contrajeron cerca de un 5%.
El encarecimiento de las cuotas de los planes oficiales y la incertidumbre de endeudarse a plazos largos hace que también los consumidores elijan financiarse por entre tres y seis meses. Según detalló Prisma, los planes «cortos» aglutinaron más del 67 % de las compras que fueron financiadas, mientras que el Ahora 12 y el Ahora 24 fueron perdiendo terreno.
Estos datos de Prisma coinciden con los presentados recientemente por la fintech Naranja X, que reportó que durante 2022 el 82% de sus clientes optó por financiar sus consumos. «De ese total, el 49% se decidió por el plan de 3 pagos sin interés (Plan Z), alrededor del 20% eligió cancelar en 6 cuotas, y otro 15% financió sus consumos en 12 cuotas», explicaron.