Hace un año más o menos, estábamos disfrutando de unas vacaciones familiares, y teníamos que dirigirnos a otra ciudad, la ruta era de ripio, no estaba asfaltada, por supuesto en estos tiempos modernos, teníamos el GPS puesto, pero en cierto punto nos desviamos de nuestro camino, y el GPS, no recalculaba cual era la ruta correcta, sino nos decía que íbamos por un buen sendero, pero el mismo se hacia cada vez más angosto y más difícil de transitar, lentamente nos íbamos alejando de nuestro destino. Entonces decidimos apagar el GPS y nos manejamos con el mapa del teléfono, y nos habíamos alejado de nuestro destino unos 60 Kilómetros.
Muchas veces, tenemos activados en nuestras cabezas el GPS que nos aleja de nuestra relación con Dios, y del destino que tenemos que alcanzar y unas de las razones por las que nos alejamos de Él es el TEMOR.
Cuando Israel se acercaba a Palestina desde su salida de Egipto, Moisés envió doce espías para que examinaran la tierra, todos volvieron maravillados de lo buena que era esa tierra, y diez de ellos, le empezaron a decir al pueblo que, en esa tierra extraordinaria, también había gigantes y que no los iban a poder derrotar. Solos dos de ellos sabían con Dios la victoria era segura, Josué y Caleb, sin embargo, los diez contagiaron de temor a todo el pueblo.
Y ese miedo, fue el GPS, que alejó al pueblo de su meta, tanto dudó el pueblo, que el mismo Dios los envió nuevamente al desierto, y toda esa generación estuvo vagando por el desierto durante cuarenta años. En un recorrido que se puede hacer en 2 semanas.
Muchas veces creemos que lo contrario a la Fe es la incredulidad, sin embargo, lo que se opone a la fe es el temor, el miedo nos detiene, nos inmoviliza, nos hace volver atrás. El pueblo vio los milagros de Dios, cuando los sacó de Egipto, conocían las maravillas del Eterno, y aun así sintieron un temor paralizante por lo que dijeron 10 personas.
Oré al Señor, y él me respondió;
me libró de todos mis TEMORES.
Los que buscan su ayuda estarán radiantes de alegría;
ninguna sombra de vergüenza les oscurecerá el rostro.
En mi desesperación oré, y el Señor me escuchó;
me salvó de todas mis dificultades.
El otro GPS que nos aleja de Dios, es el PECADO, David, escuchó a los generales, que le dijeron que no saliera a la batalla, lo que lo llevó tener relaciones con Betsabé, y después terminó provocando la muerte del esposo de ella, a un pecado se suma otro.
Jesús relataba la parábola del hijo prodigo, que se gastó toda su herencia en la mala vida. Hasta que tuvo que trabajar cuidando cerdos. En ese momento comenzó a «recalcular», dice el relato volvió en sí y decidió volver a la casa de su padre. Pudo encontrar el camino que lo llevó nuevamente a los brazos de su papá que todos los días esperaba ver a su hijo regresando.
El Dios que nos perdona, que conoce nuestras debilidades, y sobre todo nos ama, es nuestro papá del cielo y siempre esta dispuesto a recibirnos con un abrazo cuando volvemos arrepentido al camino del cual nos desviamos.
El Señor les dio el mejor consejo:
Pregunten dónde está el buen camino,
las instrucciones justas en las que antes se orientaban,
y vuelvan a vivir conforme a ellas.
¡Ya verán lo bien que se sentirán por ello!