Solo no significa necesariamente abandonado: Lo que debemos hacer si nos encontramos con la cría de un animal silvestre
Provinciales

Solo no significa necesariamente abandonado: Lo que debemos hacer si nos encontramos con la cría de un animal silvestre

La llegada de la primavera da comienzo a una época muy importante en el ciclo de vida de muchos animales silvestres, la época reproductiva. Los animales comienzan a buscar y construir los refugios que darán cobijo a sus futuras crías. Desafortunadamente, en esta época también muchas personas suelen toparse con estos refugios, encuentros favorecidos, muchas veces, por alteraciones antrópicas de los ambientes naturales, donde, a veces, las crías están solas, interpretando este encuentro como una situación de abandono y vulnerabilidad de la o las crías. Posteriormente, los individuos suelen ser retirados y trasladados, en el mejor de los casos, a centros de rescate de fauna donde su futuro es incierto. Con las mejores intenciones de querer ayudar y sensibilizados por la escena de “una cría abandonada”, se está interrumpiendo el ciclo de crianza de los animales silvestres.

La recepción de animales “huérfanos” en centros de rescate de fauna es una de las causas de ingreso que se repiten año tras año. En muchas ocasiones, las crías realmente han perdido la posibilidad de seguir creciendo en un medio natural, ya sea porque perdieron a su madre en un accidente fatal en una ruta, por caza furtiva o porque derribaron el árbol donde se encontraba su nido. Pero, en otras situaciones, las crías simplemente fueron encontradas sin ningún tipo de lesión o motivo que justifique habérselas llevado del lugar donde se las encontró.

Muchos mamíferos paren en madrigueras o refugios que permitirán a las crías pasar sus primeras semanas bajo resguardo de predadores, ya que, para algunas especies, se trata de una etapa crítica de su vida en la que nacen con escaso desarrollo de la visión, audición y movilidad y, por lo tanto, no pueden ir detrás de sus padres. Sin embargo, los adultos (sus padres) están totalmente preparados para afrontar cualquier peligro al que pueda estar sometida su descendencia. Un ejemplo de esto son los felinos, quienes dejan a sus crías hasta por varias horas para ir en busca de alimento. Por ejemplo, las crías de Tirica (Leopardus tigrinus) abren sus ojos alrededor del día 18 de nacidas y recién a los 70 días aproximadamente acompañan a sus madres a cazar. Las Corzuelas y otros Cérvidos también suelen dejar a sus crías solas en determinadas áreas seguras en las etapas tempranas de la crianza.

Con respecto a las aves, muchas eclosionan con una escasa cobertura de plumas y algunas con los ojos completamente cerrados, pero crecen muy rápido y desarrollan un plumaje que les permite abandonar el nido sin ser totalmente independientes de sus padres. A esta edad se los conoce como “volantones” y es aquí donde están aprendiendo a volar y a valerse por sí mismos, siempre bajo la atenta mirada sus padres. Es aquí donde se pueden encontrar individuos en el suelo y cometer el error de pensar que están “abandonados”.

Es importante comprender que, por buena que sea nuestra intención, las primeras semanas de vida de las crías son clave para su posterior desarrollo. Nunca se podrá reemplazar la crianza de un individuo de manera natural por parte de sus padres por una artificial en un centro de rescate (o donde fuese), donde necesitarán de cuidados intensivos constantes, muchas veces con resultados desfavorables, haciendo que el retorno a la naturaleza sea muy difícil o imposible.

¿Qué debemos hacer si nos encontramos con la cría de un animal silvestre?

La recomendación es no intervenir, no tocar a las crías y alejarse de inmediato. De esta manera, no generaremos un estrés en los individuos y dejaremos el menor rastro posible en los alrededores donde estén las crías. En caso que veamos claras evidencias de heridas o un potencial riesgo, principalmente humanos o por presencia de perros o gatos, conviene dar aviso a las autoridades correspondientes (guardaparques, Policía Ambiental, Bomberos, centros de rescate de fauna), que serán los responsables de tomar las decisiones a seguir. La extracción y tenencia de animales silvestres es ilegal.

La mejor manera de ayudarlos es fomentar la cultura del cuidado y protección de la fauna silvestre y sus ambientes.