El equipo eldoradense venía de un duro momento por la pérdida de uno de los jugadores históricos de la institución y desde ese instante, previo a los playoffs, hubo un quiebre y todo cambió: mejoró su juego, se repuso a bajas importantes por lesiones y resurgió como un ave fénix, eliminando a los dos campeones (Tokio y OTC). Ahora irá por su tercer título en la Liga Provincial frente a Siglo XXI.
El ave Fénix es conocido por ser esa criatura que supuestamente renace de sus propias cenizas. El mito, entonces, asocia a esta criatura con la capacidad de resiliencia que muchas personas tienen; esa habilidad para encontrar soluciones a situaciones adversas que les presenta la vida y, al igual que el ave Fénix, renacer de las cenizas que les dejó ese problema. Hoy Tirica pasó a ser este ícono supremo de la esperanza y el renacimiento.
Tras el fallecimiento de Federico Torales, uno de los jugadores históricos de la institución, con todo lo que ello significa para un plantel repleto de grandes amigos, los eldoradenses hicieron un “click” y, seguramente acompañados por el inmortalizado número 10 “felino”, mejoraron notablemente su funcionamiento en los playoffs.
En cuartos de final los dirigidos por Agustín Antunez bajaron a Tokio y en semis a OTC (los actuales campeones), en dos series no aptas para cardíacos que necesitaron de un tercer juego. En ambas llaves Tirica sacó a relucir su experiencia como Joaquín Hofbauer como arma letal en ofensiva, pero con Juan Pablo Rojas, Andrés “Pipi” Paredes, Facundo Aguirre y Nicolás “Chapa” Boeri -en los minutos que ingresa- demostrando que siguen vigentes con hambre de gloria.
También es digno de destacar el aporte de los pibes del club como Mateo Moscoso, Tadeo Meza, Juan Libutzki y Tobias Villar Revilla, quienes sumaron protagonismo tras las lesiones de Gonzalo Rojas y de Emanuel Duarte, dos piezas importantes en el plantel de la Capital del Trabajo que se despidieron del certamen en el juego definitorio ante el “japonés”.
Con este panorama, y contra todos los pronósticos, Tirica dio el batacazo al meterse en una nueva final provincial, la décima tercera en los últimos quince años, dejando en claro que el grupo histórico aún quiere ir por más, siempre con el sueño de jugar una Liga Federal, el máximo anhelo del club que aún no lo pudo concretar por cuestiones económicas.
Para cumplir con la gesta tendrá que luchas y mucho ante el complicado Siglo XXI, en una llave que no tendrá ventaja de localía. En ese contexto, el ave Fénix irá como en el 2011 y 2019 por su tercera corona.